En los últimos días se nos han ido dos figuras musicales de importancia, dos artistas cuyo legado no guarda relación entre sí, pero en los cuales sí se observa al menos un denominador común: estos hombres consiguieron obtener resultados de importancia, cada uno en su plano (el canto en un caso, la dirección orquestal en otro), superando limitaciones hacen de ellos artistas