
Ayer, día 22 de noviembre, se nos iba la soprano yugoslava Sena Jurinac, una estupenda cantante a la que apreciaba especialmente en terrenos mozartianos y a la que debemos, por ejemplo, uno de los Cherubinos más irresistibles de toda la discografía gracias a la mítica grabación de Karajan. Mucho más inesperada ha sido la noticia del fallecimiento hoy mismo de Montserrat Figueras, esposa de Jordi Savall y soprano especializada en el repertorio antiguo y barroco. Algo había leído de cancelaciones estos días pasados, pero lo cierto es que todo parece haber sucedido de forma repentina. Recuerdo cómo su voz llegó a los oídos de todos los españoles en los anuncios televisivos del año conmemorativo de El Quijote. Por mucho que prefiera a otras intérpretes en este tipo de repertorio, Figueras fue una intérprete estimable y una persona que investigó y contribuyó a difundir la música culta de nuestro país, por lo que su pérdida no deja de ser un suceso lamentable. Sirvan estas palabras como recuerdo hacia estos artistas.