Al margen de los conciertos del Fèmas, de los que escribí ayer, he asistido en cuatro ocasiones al Maestranza durante el último mes:
- Recital pianístico de Fazil Say (1 de marzo): En general encomiado por la prensa, me disgustó sobremanera durante la primera mitad (sonatas K. 331 y 332 de Mozart). Cierto es que su técnica es apabullante, pero este hombre literalmente ahogó a Mozart a fuerza de imponer sobre la partitura mil y un