En vista de que los sevillanos vamos a tener La Cenerentola en la producción de Paul Curran en la próxima temporada del Maestranza, ayer desempolvé el DVD de Renato Palumbo con esa misma producción, que tenía en casa desde hacía años sin que lo hubiese visto.
Pues bien, ha sido una auténtica decepción. El nivel general de esta Cenicienta, procedente de unas funciones de mayo de 2006 en el Teatro Carlo Felice de Génova, es cuanto menos modesto, y la producción escénica que veremos en Sevilla en unos meses sólo puede calificarse de mediocre, impropia incluso de un teatro con aspiraciones de ser grande. Toda la producción tiene un tufillo más que evidente a “barato”, con decorados simples que visualmente no ofrecen mucho atractivo y con una dirección escénica, a cargo de Pasquale Grossi, que consiste en buena medida en hacer corretear a los cantantes por el escenario y ponerlos a veces a dar saltitos.
No se explica, además, muy bien qué es lo que quiere decir Curran trasladando la acción a lo que parecen ser los primeros años del siglo XX. Yo defiendo las producciones clásicas, aunque también estoy abierto a otros enfoques más alternativos y transgresores, siempre que aquello que vemos tenga alguna razón de ser. Hay en este blog más de un deuvedé con montajes de este tipo que he alabado sin pudor, pero este no es el caso con la presente Cenerentola. Curran no utiliza la ambientación moderna para transmitir ninguna idea, por lo que la cosa parece más bien reducirse pura y simplemente al capricho de vestir a los cantantes con ropas distintas de las esperadas y de meter a un coche en el escenario.
Para cerrar el cuadro, tenemos un vestuario cumplidor y no precisamente imaginativo (¡en las óperas que se inspiran en cuentos tradicionales se puede ser mucho más “creativo” que en otras sin que rechine!), y el modelito que luce Cenicienta cuando se presenta con el rostro velado en la fiesta del príncipe es tan indescriptiblemente horrendo que antes de decir nada es preferible poner una foto:
Chicas, tomen buena nota. Si quieren seducir a un príncipe, lo que hay que hacer es:
1. Vendarse la cara como una momia. Y si es de negro, mejor que mejor, que para eso es un color elegante.
2. Hay que ponerse muchas plumas en la cabeza. A ser posible en un semicírculo de cartón estampado en la coronilla.
Desde los primeros minutos queda claro que este DVD no ofrece ningún atractivo visual, por lo que uno tiende entonces a concentrarse más profundamente en lo que oye que en lo que ve. Y desgraciadamente, lo musical tampoco es aquí precisamente como para tirar cohetes. En el papel principal tenemos a una Sonia Ganassi que sabe salir del paso en el complicado papel de Cenerentola, aunque sin especial brillo. Resuelve con solvencia los pasajes de agilidad y coloratura, aunque por lo general resulta demasiado seria durante todo el acto primero, en el que la voz a veces suena incluso demasiado oscura. Se echa de menos ante todo una mayor dosis de ternura, de gracia, de candor, y Ganassi, aun siendo una Cenicienta honesta, se sitúa bastante lejos de las alturas alcanzadas por una Berganza o una Bartoli. Detalle absurdo y extramusical: está muy bonito eso de que el público arroje ramos de flores al escenario cuando los cantantes salen a saludar al término de la función, pero en este DVD puede verse claramente cómo uno de ellos impacta contra la testa de la Ganassi, que se lo toma naturalmente a risa.
En cuanto al príncipe, Antonino Siragusa canta su parte con total corrección, sin complicaciones técnicas y con lo que parece una cierta comodidad en el registro alto y facilidad en los sobreagudos. El problema no es técnico, sino de adecuación. La voz es tan profundamente blanca y liviana que uno le imagina más como comprimario que abordando papeles de protagonista. Tampoco se salva el Don Magnifico de Alfonso Antoniozzi, cuya voz me parece más bien tirando a feílla. Lo peor es que, con aquello de la somnolencia del personaje, convierte a su primera aria en algo lánguido, lo cual es imperdonable. Aunque bien visto debe ser meritorio eso de conseguir que la chispeante música de Rossini suene apagada y falta de fuerza y espíritu.
La cosa mejora algo con los secundarios. Las hermanas Clorinda (Carla Di Censo) y Tisbe (Paola Gardina) no están mal. Quizá algo mejor Di Censo, en cualquier caso. Y sobretodo destaca el logrado Dandini de Marco Vinco, que deja claro que posee una de las voces más hermosas y trabajadas del reparto, al margen de manejarse también con corrección en un papel complicadísimo.
También merece salvarse el Alidoro de Simón Orfila, que resuelve muy bien su aria “Là del ciel”.
Renato Palumbo hace que la orquesta titular del teatro acompañe adecuadamente, aunque si se examina con detenimiento la obertura, por ejemplo, se observa que no se logra un empaste orquestal totalmente adecuado en algunas de las entradas. El coro, por otra parte, no pasa de lo que podemos considerar correcto, y aunque la orquesta no es de instrumentos originales, los recitativos se acompañan al fortepiano.
En suma, no es una Cenicienta excesivamente interesante, aunque Ganassi tiene sus momentos y Vinco hace un trabajo notable. Yo la conseguí hace unos años por un precio ridículo gracias a una promoción de un periódico, por lo que al menos no he gastado mucho en este modesto DVD. Porque esa es otra: hace poco que se ha reeditado y me parece que es bastante caro, cosa que a la vista del contenido no acabo de comprender bien.