No siempre es la música más compleja la que consigue llegarnos a lo más profundo. A veces la emoción se presenta bajo ropajes increíblemente sencillos, y la villanella Ite sospiri miei de Johann Hieronymus Kapsberger (c.1580-1651) es un perfecto ejemplo de ello. Es una melodía sencilla que exige, además, de un canto con mucho de intimismo y nada de exhibición. Sin embargo, para mí constituye una preciosa muestra musical de triste añoranza y melancolía. Es perfecta para ser escuchada en una de esas tardes grises en las que oímos el sonido de la lluvia cayendo tras la ventana
La interpretación que dejo es la de la soprano alemana Constanze Backes con el conjunto La Sfera Armoniosa. La primera vez que supe de esta mujer fue en el transcurso de las Navidades de 1999-2000, cuando me regalaron el vídeo de Las bodas de Fígaro de Gardiner (comentado aquí) en el que ella cantaba el breve papel de Barbarina. Durante los siguientes meses continué haciendo acopio de grabaciones operísticas de Gardiner y volví a encontrarla, también en papeles secundarios, en sus registros de La flauta mágica y La coronación de Popea. Picado ya por la curiosidad me hice en aquellas fechas con alguno de sus discos, y entre ellos cayó este cedé de Kapsberger, al que pertenece la grabación que os dejo. Contiene un buen puñado de arias y villanellas de Kapsberger realmente preciosas a cargo de Backes, que por ejemplo derrite en la nana Figlio dormi, y de Maria Jonas, infinitamente más discreta y olvidable.
He podido escuchar algunas otras interpretaciones de Ite sospiri miei (no hay más que teclearlo en youtube), pero ninguna me ha gustado tanto como esta. También he traducido el texto tal y como viene en el librito del cedé, pero sospecho que está recortado, porque precisamente en alguna de esas otras interpretaciones que he escuchado he advertido diferencias:
Cuando escribí aquí, hace ya dos años, sobre Constanze Backes hice una descripción de su canto que me sigue pareciendo acertada: imagino que si los ángeles de las pinturas renacentistas de un Fra Angelico o un Boticelli pudiesen abrir la boca y cantar, lo harían exactamente como ella. Backes posee una voz pequeña y carente por completo de vibrato, y en cierto sentido puede recordar a Kirkby. Sin embargo, es a mi entender mucho más expresiva que esta última. En Kirkby todo es tan pulcro y pulido que asistimos con ella a una forma de belleza emotiva pero algo distante, mientras que el timbre de Backes es infinitamente más cálido, amén de estar muy bien dotada para la coloratura.
Alguna vez he pensado que una cantante con la voz y el estilo de Constanze Backes merecería una mayor fama. Sin embargo, pensándolo bien, no está mal así. Su voz es idónea para el repertorio que canta, y probablemente sería un desacierto sacarla de su campo –música antigua y barroco, sobre todo alemán– que es realmente en donde tiene cosas hermosas que decirle al melómano que se acerque al repertorio.
Kapsberger: Ite sospiri miei / Constanze Backes – La Sfera Armoniosa