La presencia estos días de Plácido Domingo en Sevilla no se está limitando a las funciones de Thaïs en el Teatro de la Maestranza. El Festival Plácido Domingo está trayendo a artistas de considerable interés a Sevilla y Málaga. En su día, solicité entradas, por cierto gratuitas, para los conciertos de Pinchas Zukerman y Danielle De Niese en el Salón de los Tapices del Alcázar sevillano. Conseguí las de este último y allí me encaminé ayer por la tarde a disfrutar del recital.
El Alcázar de Sevilla es un edificio que impone de por sí sólo, pero debo decir que ayer por la noche lucía realmente precioso pese al tiempo nuboso, con una acertada iluminación azulada y un sendero de farolillos por el que los espectadores debían transitar. Por si fuera poco, se invitó a todos los presentes a una copa gratis de media hora larga antes del comienzo del recital. Ya en el Salón de los Tapices, en el que había una considerable cantidad de asientos reservados, hizo su entrada Danielle De Niese para ser acompañada al piano por Cameron Stowe. Hace un par de años que no escribo nada en el blog sobre esta soprano, concretamente desde mi entrada dedicada al notable Giulio Cesare de Glyndebourne, pero lo cierto es que mis opiniones se mantienen inmutables. El principal problema que podemos achacar a De Niese no es de técnica, sino de estética. Lo que no siempre es grato en ella son sus medios vocales naturales, o dicho de otro modo, una voz que no siempre es bella por bien trabajada que esté. La primera parte fue para mí mejor que la segunda, ya que estuvo dedicada exclusivamente a arias del siglo XVIII, que es lo que viene siendo hasta ahora el repertorio más afín a esta cantante. Con todo, resultó algo plana en sus arias handelianas, aunque ornamentó con buen gusto, sin resultar discreta ni tampoco caer en el artificio. Se echó en falta un puntito mayor de carácter en el Bella mia fiamma de Mozart, aunque curiosamente sí me gustó bastante en Al desio de chi t’adora (aria alternativa al Deh vieni de Las bodas de Fígaro), en el que un devoto de Fígaro como yo resulta exigente.
La segunda parte fue un popurrí menos uniforme, que comenzó con canciones de Bizet y Les filles de Cadix, siempre socorrida para meterse al público en el bolsillo. Como rossiniana –faceta suya que hasta ayer desconocía– no resolvió de forma especialmente brillante los pasajes de coloratura y tiró en más de una y más de dos ocasiones del portamento. La segunda parte concluyó con el Quel guard il Cavaliere del Don Pasquale, que interpretará en la próxima edición del festival de Glyndebourne. El resultado es tan simpático como vocalmente discreto. El recital terminó con dos canciones de Gershwin a modo de propina.
Lo que resulta obvio es que a pesar de sus limitaciones, que las tiene, Danielle De Niese es una cantante que tiene cierto encanto, y no me refiero a su belleza física (me sigue repeliendo leer que haya llegado a donde ha llegado sólo por eso). Irradia jovialidad y simpatía, y transmite la sensación de que estás asistiendo a un recital de una amiga tuya de toda la vida, con la que saldrás de fiesta en cuanto acabe. Por cierto, es curioso el modo en el que el público lanza suspiritos cada vez que se canta en un recital el Lascia ch’io pianga o el Babbino.
Al término de la primera parte me acerqué a estrecharle la mano a Plácido Domingo justo cuando se retiraba a descansar (acababa de oírle decir a la Duquesa de Alba que se marchaba porque hoy le tocaba cantar en el Maestranza). Pude fotografiarme con él y me firmó el libreto del Trovatore de Mehta, que tuve la precaución de echarme en el bolsillo al salir de casa. Me comentó que aquella había sido su primera grabación completa de una ópera, cosa que ya sabía, y le respondí diciéndole lo mucho que me gustaba la Azucena de la inconmensurable Fiorenza Cosstto. “No había otra”, fueron sus palabras. Esta es una de las cosas más atractivas de Domingo: su impecable buen trato y disponibilidad, y la humildad de quien es considerado grande por la mayoría. Ayer pude comprobarlo en persona.
En fin, ya puedo decir que he discutido de ópera con Plácido Domingo... Esta noche me toca asistir a Thaïs, así que mañana volverá a haber crónica.
First Half: Baroque and Mozart Arias:
HANDEL: Let the Bright Seraphim
HANDEL: Ombra Mai Fu
HANDEL: Gia Nel Seno
HANDEL: Lascia ch’io pianga
MOZART: Giunse alfin il momento… Al Desio di chi t’adora K.577
MOZART: Bella mia fiamma, addio... Resta, o cara K. 528
Second Half: French songs and Italian Arias:
BIZET: Chanson d’Avril
BIZET: Adieu de l’hotesse arabe
DELIBES: Les Filles de Cadix
ROSSINI: La Promessa
ROSSINI: Di Piacer mi balza il Cor
PUCCINI: O Mio babbino Caro
DONIZETTI: Quel guard il Cavaliere…So anch’io la virtu magica