Ayer leí en internet la curiosa noticia de la reciente aparición de un retrato desconocido de Johann Sebastian Bach. Este tipo de hallazgos son particularmente frecuentes en los últimos años, especialmente en lo que concierne a la figura de Mozart. Y siempre se reproduce más o menos el mismo esquema: se anuncia el descubrimiento del retrato en cuestión pero con muy poca información, lo que hace que uno, antes de creerse nada, decida esperar la aparición de datos que permitan sostener la viabilidad del hallazgo. Y esos datos, por desgracia, no suelen llegar. Así ocurrió con los supuestos retratos de Mozart pintados por Edlinger, Hickel y Grassi (ver esto y esto). Al margen de los compositores clásicos, recuerdo que ocurrió algo muy parecido con un más que supuesto busto de Julio César sacado de las aguas del Ródano hace unos años. En absoluto se parecía a la efigie del dictador acuñada en las monedas ni al busto
de Tusculum, probablemente auténtico y elaborado cuando aún vivía. El hallazgo, en suma, no tardó en ser contestado.
Como digo, la información que he localizado hasta ahora en internet a propósito de este nuevo retrato de Bach no es precisamente abundante ni menos aún satisfactoria. Los hechos vienen a ser los siguientes: el cuadro es un supuesto pastel de Bach pintado hacia 1730, mucho antes, por tanto, del famoso retrato de Haussmann (1746). Se sabe que existió esta pintura porque la cita como suya Carl Philipp Emanuel. Hacia finales de la década de los veinte del siglo pasado, el cuadro formaba parte de la colección de Manfred Gorke, de Eisenach, y fue identificado como el mismo del que escribió Carl Philipp Emanuel por un investigador inglés llamado Charles Sanford Terry. Posteriormente, se disolvió la colección de Gorke y el cuadro fue enviado a Berlín, donde pasó a manos privadas. La pintura ha sido comprada ahora por el museo Bach de Eisenach por cincuenta mil euros.
A favor de la posible autenticidad de la pintura hay una cosa que resulta evidente: el obvio parecido físico del modelo con el retrato auténtico de Haussmann. Sólo las cejas –menos picudas– presentan un aspecto diferente, quizá como consecuencia de una mayor relajación facial. Pero, por supuesto, que ambos personajes se parezcan no puede ser argumento suficiente como para defender que se traten de una misma persona. Además, el hecho de que sepamos que existía una pintura pastel de Bach y que hayamos encontrado otra de alguien que se le parece no significa que tengan que ser la misma. Lo ideal sería que se hiciera público cuanto se sabe de la historia de esta pintura: si conocemos quiénes ha sido sus propietarios a lo largo del tiempo y podemos retrotraernos así hasta Carl Philipp Emanuel Bach estaremos indudablemente ante ese retrato misterioso de Johann Sebastian. La información que se ha divulgado, en cambio, es demasiado paupérrima como para satisfacer todas las dudas que pueden plantearse. Por ejemplo:
-¿Es seguro que esta pintura que ha aparecido ahora en Berlín es la misma que integró la colección Gorke?; ¿Hay buena documentación histórica al respecto? Sería bueno hacerla pública. Si el cuadro fue vendido, bien debió quedar reflejado en algún documento contractual. En caso de que no exista, tal vez haya algún grabado, fotografía o incluso alguna mera descripción de cómo era el retrato que formaba parte de la colección. Divulgar estos datos disiparía las dudas de que ambas pinturas sean la misma.
-Retrocediendo más en el tiempo, ¿quién dice que el cuadro de la colección de Gorke fuese exactamente el mismo del que habla Carl Philipp Emanuel? Ya hemos apuntado que un investigador inglés así lo defendió, pero no sabemos a qué se atuvo. ¿Podría informarse al público acerca de cómo identificó Terry al retrato con aquella pintura perdida de Bach?; ¿Lo hizo sólo ateniéndose al parecido físico o a algún dato más?
Quiero dejar claro que en absoluto digo que la pintura sea falsa o que se esté intentando engañar a nadie. De hecho, me encantaría que fuese auténtica. Lo único que sí digo es que a día de hoy se ha afirmado que el retrato es auténtico sin que se ofrezca públicamente una información demasiado concluyente. Ojalá llegue.
2 comentarios:
Ayer en el auditorio precioso y sentido concierto con la ORCAM y dirigiendo Antonio Florio con el Salve Regina y Stabat Mater de Pergolesi y sorprendente Salve Regina de Porpora que no conocía,de este olvidado compositor barroco profesor de Haydn y que dio clases de canto entre otros a Farinelli. Merece mucho la pena profundizar mas sobre este compositor(cosa que pienso hacer).
Un saludo
Totalmente de acuerdo en que Porpora merece reivindicarse, Gucki. Lo que he oído de él me parece muy interesante. Un saludo.
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