Acompañado por la figura de Patrizia Bovi, el conjunto sevillano Artefactum actuó anoche en el espacio Santa Clara en el marco del FeMÀS con un programa titulado “De Sevilla a Asís”. La estructura del programa se presentaba a priori como atractiva: el concierto se dividía en varios bloques, cada uno de los cuales se integraba de músicas medievales de aquellos países que recorrería un viajero que, partiendo de Sevilla, se encaminase a Asís. En suma, música española, francesa, alemana e italiana.
Bovi posee una agradable y cálida voz muy apta para este repertorio, aunque cierto es que adolece de ciertos cambios de color en la zona grave, en la que la voz deviene algo inestable y el timbre se vuelve opaco. Sea como fuere se agradece su presencia, pues lo mejor de la velada fue (como recoge la crítica aparecida hoy en Diario de Sevilla) la canción del Robin y Marian de Adam de la Halle.
En cuanto a Artefactum, gustó muchísimo al público, que acabó casi al completo en pie. Personalmente, anoche no disfruté como en otras de las ocasiones en
las que les he escuchado. Y siento decirlo, porque sé bien que los miembros de Artefactum poseen muchísima calidad artística y que, si quisieran, podrían hacer este mismo concierto de modo que no sonaran permanentemente como lo hicieron anoche. No me gusta escribir cosas negativas, de modo que si digo esto lo hago con ánimo constructivo y “mojándome”. Es cobarde echar por tierra el trabajo de otros desde detrás de una pantalla de ordenador diciendo “esto es malo” y sin dar razones. Por eso, a mí me gusta explicar qué es lo que no me ha convencido. Lo considero un ejercicio básico de honestidad. Pues bien, la tónica general del concierto fue, como digo, la viveza, la alegría, o dicho de modo más claro, el jolgorio. Como opción interpretativa es perfectamente válida, pero el problema se presenta cuando las Cantigas de Alfonso X suenan igual que una canción de amor francesa. Cuando todo suena igual. Un concierto en el que transcurridos los primeros cinco minutos no va a haber ya ninguna sorpresa es quizá un concierto no del todo bien planteado desde el punto de vista interpretativo. Se echaron el falta matices, sensibilidad y sobre todo sentido de la variedad en unas músicas variopintas en su origen geográfico y funcionalidad (religiosa o profana). En suma, el programa “De Sevilla a Asís” estuvo tan bien concebido sobre el papel como pobremente resuelto en lo musical. Pienso que Artefactum es un grupo que reúne muchas cosas buenas (calidad musical de sus miembros, viveza interpretativa, virtuosismo, sentido del humor) pero creo que ayer le faltó claramente una vuelta de tuerca más a sus lecturas. Anoche, por ejemplo, brilló como siempre ese gran artista que es Ignacio Gil, aunque su uso de la gaita en determinadas obras no pueda calificarse siempre como ortodoxo. Se agradece también la simpatía de José Manuel Vaquero, alias “el pájaro zanfón”, en la presentación de las obras, aunque sus chistes se repiten de concierto a concierto, y sobraron, a mi entender, los minutos de pura y simple exhibición de Álvaro Garrido, sin entronque alguno en el programa ni justificación más allá del mero lucimiento de un miembro aislado del grupo. Que eso ocurra una vez resulta perfectamente aceptable (el público pensará “hoy el percusionista ha querido lucirse”). Que ocurra habitualmente lo convierte en un hecho previsible y caprichoso.
las que les he escuchado. Y siento decirlo, porque sé bien que los miembros de Artefactum poseen muchísima calidad artística y que, si quisieran, podrían hacer este mismo concierto de modo que no sonaran permanentemente como lo hicieron anoche. No me gusta escribir cosas negativas, de modo que si digo esto lo hago con ánimo constructivo y “mojándome”. Es cobarde echar por tierra el trabajo de otros desde detrás de una pantalla de ordenador diciendo “esto es malo” y sin dar razones. Por eso, a mí me gusta explicar qué es lo que no me ha convencido. Lo considero un ejercicio básico de honestidad. Pues bien, la tónica general del concierto fue, como digo, la viveza, la alegría, o dicho de modo más claro, el jolgorio. Como opción interpretativa es perfectamente válida, pero el problema se presenta cuando las Cantigas de Alfonso X suenan igual que una canción de amor francesa. Cuando todo suena igual. Un concierto en el que transcurridos los primeros cinco minutos no va a haber ya ninguna sorpresa es quizá un concierto no del todo bien planteado desde el punto de vista interpretativo. Se echaron el falta matices, sensibilidad y sobre todo sentido de la variedad en unas músicas variopintas en su origen geográfico y funcionalidad (religiosa o profana). En suma, el programa “De Sevilla a Asís” estuvo tan bien concebido sobre el papel como pobremente resuelto en lo musical. Pienso que Artefactum es un grupo que reúne muchas cosas buenas (calidad musical de sus miembros, viveza interpretativa, virtuosismo, sentido del humor) pero creo que ayer le faltó claramente una vuelta de tuerca más a sus lecturas. Anoche, por ejemplo, brilló como siempre ese gran artista que es Ignacio Gil, aunque su uso de la gaita en determinadas obras no pueda calificarse siempre como ortodoxo. Se agradece también la simpatía de José Manuel Vaquero, alias “el pájaro zanfón”, en la presentación de las obras, aunque sus chistes se repiten de concierto a concierto, y sobraron, a mi entender, los minutos de pura y simple exhibición de Álvaro Garrido, sin entronque alguno en el programa ni justificación más allá del mero lucimiento de un miembro aislado del grupo. Que eso ocurra una vez resulta perfectamente aceptable (el público pensará “hoy el percusionista ha querido lucirse”). Que ocurra habitualmente lo convierte en un hecho previsible y caprichoso.
En suma, ayer fue estimable la presencia de Bovi, así como la concepción de un programa rico en variedad. El problema vino en que en el viaje de Sevilla a Asís que nos propuso Artefactum, el viajero vio permanentemente el mismo paisaje.
De Sevilla a Asís
Philippus Cancellarius Parisiensis (c.1160-1236): Ave gloriosa Virginum
ESPAÑA
Alfonso X El Sabio (1221-1284): Cantiga de Santa María nº288, A Madre de Jhesu Christo
Anónimo (Llivre Vermell, siglo XIV): Los set gotxs
Alfonso X El Sabio: Cantiga de Santa María nº57, Muy grandes noit’e dia
FRANCIA
Guillaume de Machaut (c.1300-1377): Joie, plaisance et douce nourriture
Berenger de Palou (?-1241): Tant m’abelis
ALEMANIA
Anónimo (Carmina Burana, siglos XII-XIII):
Vite perdite (CB 31)
Axe Phebus aurea (CB 71)
Vinum bonum (CB Extra codex)
ITALIA
Anónimo (Laudario de Cortona, siglo XIII): Lauda novella
Anónimo (Florencia, siglo XIV): Non posso far bucato
Anónimo (Laudario de Cortona): Stella Nova
Artefactum
Patrizia Bovi, canto y arpa medieval.
Alberto Barea, canto y cromornos.
José Manuel Vaquero, canto, organetto y zanfoña.
Carmen Hidalgo, canto y violas.
Ignacio Gil, flautas, chirimía y gaitas.
Álvaro Garrido, percusión.
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