Arnold Östman (dir.); Rachel Yakar (Fiordiligi); Alicia Nafé (Dorabella); Gösta Winbergh (Ferrando); Tom Krause (Guglielmo); Georgine Resick (Despina); Carlos Feller (Don Alfonso). Coro y Orquesta del Teatro de la Corte de Drottningholm. L’OISEAU-LYRE 3 CD.
Un año después de filmar Così fan tutte en el Teatro de la Corte de Drottningholm (ver aquí) el director historicista Arnold Östman realizó esta grabación en estudio, distribuida por L’Oiseau-Lyre, en la que hace gala de idénticos planteamientos contando con un reparto bastante más sólido. En lo que concierne a la orquesta, llama la atención abrir el librito que acompaña al estuche y encontrar como miembros de ella a músicos tan reputados como Erich Hoeprich, Simon Standage, Roy Goodman o Micaela Comberti. Sea como
fuere, puesto que el trabajo de Östman es similar al recogido en el DVD, voy a permitirme copiar lo que ya escribí entonces, que nos resulta perfectamente aplicable para la versión en disco:
fuere, puesto que el trabajo de Östman es similar al recogido en el DVD, voy a permitirme copiar lo que ya escribí entonces, que nos resulta perfectamente aplicable para la versión en disco:
“En los treinta años transcurridos […] se han multiplicado las opciones, naturalmente, y a día de hoy podemos encontrar muchas otras versiones historicistas de esta ópera superiores en calidad, aunque el trabajo de Arnold Östman al frente de la orquesta de Drottningholm no sólo no ha envejecido mal, sino que sigue conservando a día de hoy su carácter “radical” con el que buscaba sorprender en su día a los oyentes habituados a escuchar lecturas más pesadas y romantizadas.
Östman opta, como siempre, por un sonido en absoluto estentóreo, como es acorde con las posibilidades de una pequeña orquesta de un igualmente pequeño teatro sueco. La cuerda es tan ácida como siempre y se advierte ya la sequedad habitual del director en su concepción de la obra, a la que considera como una sucesión de secuencias musicales [...] a cada cual más vertiginosa musicalmente. Los tempi son, por tanto, rapidísimos (es claramente el Così más rápido que he escuchado nunca) y la permanente velocidad llega incluso a chocar en la primera sección, lenta, de la obertura, que contiene como sabemos el tema musical acusatorio que da título a la ópera y que reaparece en boca de los personajes masculinos antes del finale del segundo acto (“Tutti acusan le donne...”). Con todo, y a pesar de que Östman no es en absoluto un director “profundo” sino más bien entregado habitualmente a cierta superficialidad (ya se sabe: a sonar “bonito” y muy rápido para que la gente se dé cuenta de que somos historicistas) su Così es una de sus lecturas más estimables. La velocidad que imprime a la orquesta, al principio chocante, le sienta bien a la música y sabe al menos transmitir gracia e ironía. A mí me parece que su trabajo contiene cosas interesantes, aunque deben mantenerse lejos los partidarios de un Mozart tradicional y romantizado a la manera de directores como Böhm, Klemperer, etc.”
La principal diferencia respecto del DVD se encuentra, como decía, en que aquí el reparto es muy preferible, aun sin resultar perfecto. Técnicamente Rachel Yakar hace una Fiordiligi impecable, aunque su recreación personal del personaje no acaba de ser redonda. La Fiordiligi de Yakar no es una chica dura de pelar, sino un ser bastante angelical que se nos presenta frágil y vulnerable no ya hacia el final de la ópera, sino más bien desde el primer momento. Se echan en falta, por tanto, contundencia y carácter, aunque las cuestiones estrictamente relacionadas con el canto y la musicalidad están bien resueltas. Alicia Nafé va de menos a más como Dorabella. Aborda el “Smanie implacabile” adoleciendo del mismo problema que ya se ve en el Cherubino que grabó con el propio Östman (ver esto): canta “bonito” y de manera impecable en el ámbito estético, pero con una indiferencia que se acerca peligrosamente a la frialdad en una música que es toda pasión. Como digo, la cosa mejora a medida que la ópera avanza y resuelve con bastante gracia su aria “È Amore un ladroncello”.
En cuanto al reparto masculino, Gösta Winbergh consigue hacer un trabajo interesante con Ferrando a pesar de que el timbre no es especialmente atractivo, y Tom Krause cumple al nivel de lo efectivo como Guglielmo. Sin llegar a resultar tosco, se le podría pedir más en su faceta de seductor (véase cómo aborda “Il cor vi dono”, sin la ternura que la música demanda a gritos).
Los “conspiradores” rinden a buen nivel. Georgine Resick hace una Despina estimable –genial su escena del notario– partiendo de una frágil voz de soubrette, y Carlos Feller es un notable Don Alfonso, con una bella voz que, sin resultar pesante, tiene mucho más cuerpo de lo que muchas veces se acostumbra para el papel.
La versión, por tanto, no es para todos los gustos. Los aficionados, como yo, al historicismo musical disfrutarán más, y en el trabajo de Östman encontrarán viveza, luminosidad y humor, aunque también unos tempi que a veces pueden resultar chocantes. El reparto, por su parte, acompaña en general a buen nivel, aunque desde luego hay mejores registros de Così en materia de voces.
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