Massimiliano Stefanelli (dir.); Adina Aaron (Aida); Scott Piper (Radamès); Kate Aldrich (Amneris); Giuseppe Garra (Amonasro); Enrico Giuseppe Lori (Ramfis); Paolo Pecchioli (Il re d’Egitto). Orchestra e Coro della Fundazione Arturo Toscanini. TDK 2 DVD.
Filmada en el pequeño Teatro Giuseppe Verdi de Busseto durante el centenario verdiano de 2001, esta Aida cuenta con un reparto joven y con la propuesta escénica de de un Franco Zeffirelli que se ve obligado a contener su habitual gusto por el exceso escénico como consecuencia de lo reducido del escenario. A priori parece difícil que una Aida de Zeffirelli pueda funcionar en tan pequeño espacio, pero lo cierto es que no sólo lo hace, sino que además el resultado es francamente bueno. No hay agobio escénico y se mantiene intacto el gusto zeffirelliano por el clasicismo visual, de modo que en esta filmación aflora lo mejor del famoso director de cine y teatro minimizándose sus vicios. Es un gusto ver esta Aida suya colorista, excepcional, pero jamás excesiva ni vulgarmente ostentosa.
El gran problema al que se enfrenta Zeffirelli es, con todo, el de la famosa marcha triunfal. Dado el poco espacio disponible, no es factible recrear el desfile de las tropas del victorioso Radamés, y su solución, aunque sin duda bien planteada e ingeniosa, no acaba de producir un resultado completamente satisfactorio. Me explico: en lugar de ver el desfile, Zeffirelli nos hace situarnos tras el balcón o plataforma en la que se ubican el rey, Ramfis, Amneris, etc. Lo que vemos, por tanto, no es el propio desfile, sino al público de espaldas agitando sus brazos en señal de saludo a las tropas. Bien pensado, sin duda. ¿Qué es entonces lo que no funciona? La música queda muy recortada en esta secuencia, hasta el punto de que la marcha triunfal se reduce a su mínima expresión. Quizá Zeffirelli no tenga la culpa de esto y no haya habido injerencia alguna por su parte en el apartado musical, pero no puedo evitar pensar que los cortes en la partitura se han introducido porque él no sabe qué hacer escénicamente y no puede permitirse mostrar a unos personajes de espaldas al público sin hacer nada interesante durante demasiados minutos. La idea del balcón, por tanto, es atractiva, pero no completamente satisfactoria. Pero no le pidamos peras al olmo. Ese escenario es francamente pequeño, y quizá no haya una mejor manera de solventar esa complicada escena.
Salvando este punto controvertido, todo funciona muy bien visualmente. En el segundo DVD se incluye un largo “Making of” de tres cuartos de hora en el que se ve a Zeffirelli trabajando con el reparto e intentando transmitirles su modo de entender Aida. Es curioso verle corregir ademanes y posturas, como cuando pide a Adina Aaron (Aida) que evite mirar modestamente al suelo por ser su personaje una hija de reyes y no una “penitente cristiana”.
Musicalmente, el joven reparto hace lo que puede –contó con la asistencia nada menos que del gran Carlo Bergonzi– y consigue un resultado que podemos calificar como pasable. Desde luego, el nivel es modestito, pero no hay graves meteduras de pata, lo que unido al atractivo visual de este Zeffirelli que tan bien funciona hace que el DVD se vea con agrado. Vayamos por partes. Adina Aaron cuenta con una voz que carece de la densidad y extensión necesarias para su papel de Aida, y sus apuros en la zona baja se hacen evidentes. Pero en contrapartida hay que decir que, teniendo en cuenta que sus medios no son los más idóneos, no se le puede pedir mucho más de lo que hace. Hace cuanto puede y resulta mejor en el “O patria mia” que en el “Ritorna vincitor”. En el plano escénico está espléndida. Visualmente recrea a una Aida joven, bella y profundamente atormentada sin llegar a lo excesivo.
De Scott Piper (Radamés) ya hablé a propósito de su Traviata con Bonfadelli, registrada precisamente en Bussetto un año después. Su principal problema es que su voz, al menos en opinión de quien escribe, no es especialmente bonita ni atractiva en ningún sentido. Pero detrás de lo que vemos hay un trabajo evidente, con independencia de que el resultado no pueda estar a la altura de los grandes. Por ejemplo, evita con buen gusto el habitual portamento en “Celeste AiDA, forma diviNA”, etc., ascendiendo limpiamente y sin trucos al agudo.
No me convence mucho la Amneris de Kate Aldrich, de timbre sopranil y con claros cambios de color en el registro, y particularmente en el descenso a un grave justísimo. El Amonasro de Giuseppe Garra cumple, aun con una voz clara que no es gran cosa. Pese a no llegar a oscurecer la voz engolándose, no evita algunos sonidos guturales bastante feos (“Dei faraoni tu sei la schiava”). Los demás, el Ramfis de Enrico Giuseppe Lori y el rey de Paolo Pecchioli, se mueven simplemente en el nivel de lo correcto.
Massimiliano Stefanelli, además de recortar al máximo la marcha triunfal, elimina la “danza degli schiavi mori” de la primera escena del segundo acto (“Chi mai fra gl’inni”). Dirige eficientemente con adecuados pulso e intensidad, aunque muestra inclinación por lo puramente preciosista buscando más el “sonido bonito”, por decirlo de algún modo, que profundizar en la vertiente emocional de la partitura. Esto se advierte claramente en el “Rivedrai le foreste imbalsamate”, abordado con un tempo rápido pero privado de ensueño y fantasía.
El balance, pese a que mis palabras puedan sonar algo desalentadoras, es más positivo que negativo. Visualmente la cosa funciona, y en lo musical el resultado es puramente correcto, sin llegar al estropicio. Yo veo este DVD con agrado.
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