Hoy se nos ha ido una de las más grandes batutas del siglo XX. El gran Claudio Abbado nos ha dejado. La noticia me ha pillado por sorpresa, pues a pesar de su aspecto envejecido, durante sus últimos años no ha dejado de tener actividad discográfica.
Claudio Abbado ha sido uno de los directores más completos que podamos imaginar para el belcanto italiano, hasta el punto de que en ese campo, sólo veo al igualmente grande Riccardo Muti como opción alternativa en calidad, aunque por otra parte con un lenguaje más “mediterráneo”, más “toscaniniano” que el de Abbado. Dirigió algunas de las grabaciones de ópera más brillantes que existen –ahí están su Boccanegra con Cappuccilli o su Carmen con Berganza en DG– y jugó un papel de extrema importancia en el renacimiento rossiniano de la segunda mitad del siglo XX. No puedo evitar pensar que Abbado, cuyas grabaciones discográficas de Rossini siguen en buena medida insuperadas, tiene algo que ver con el hecho de que hoy podamos ver en los teatros títulos diferentes del Barbiere y de Cenerentola. Se nos ha ido, por tanto, no sólo un director mítico, sino un estudioso que contribuyó a expandir nuestro mundo cultural. Cualquier palabra de agradecimiento es aquí insuficiente.
Durante sus últimos años, Abbado sorprendió aligerando texturas, reduciendo la densidad sonora de sus interpretaciones y optando por los instrumentos originales de su Orchestra Mozart. Los resultados son controvertidos, pero con independencia de ello, Abbado demostró en su época final que seguía “moviéndose” intelectualmente, cuando a sus años podría haber mantenido estáticamente su estilo de la década de los ochenta. Hoy, los que amamos la cultura, nos sentimos un poco más huérfanos.
Dejo aquí su grabación de la Música funeral masónica de Mozart con la Filarmónica de Berlín. Una de las versiones más hermosas que servidor haya escuchado de esta pequeña joya:
W. A. Mozart: Música funeral masónica, K.477 / Berliner Philharmoniker – Claudio Abbado
3 comentarios:
Hace apenas unos días, comentábamos en este blog sobre Fidelio y recuerdo perfectamente la emoción de verla y oírla en el Real, dirigida por este SUPERGRANDE, que hoy se nos ha ido, aunque solo físicamente. Me encontraba en la primera fila del patio de butacas y casi podía tocarle.Para mi fue muy emocionante e inolvidable.
Descanse en paz, querido MAESTRO.
Un saludo
Yo no tuve la fortuna de verle en directo, pero "inolvidable" es un buen calificativo para este director imprescindible. Por lo que estoy leyendo, parece que le gustaba que le llamasen simplemente "Claudio" y no "maestro", pero no pienso por ello cambiar el título de la entrada. Ha sido, y seguirá siendo, uno de los más grandes.
Realmente conmovedora, esta pequeña joya musical que nos regalas.!!Bravo Maestro o..Claudio...!!.
Un saludo.
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