Alexander Rahbari (dir.); Miriam Gauci (Cio-Cio-San); Yordy Ramiro (Pinkerton); Nelly Boschkowá (Suzuki); Georg Tichy (Sharpless); Jozef Abel (Goro); Robert Szücs (Yamadori); Jozef Špaček (Bonzo), Alzbeta Michalková (Kate). Slovak Philharmonic Chorus. Czecho-Slovak Radio Symphony Orchestra (Bratislava). NAXOS 2 CD.
El director iraní Alexander Rahbari, conocido en Andalucía por haber sido director de la Filarmónica de Málaga hace tiempo, grabó durante los últimos años del pasado siglo los principales títulos operísticos puccinianos para el sello Naxos. En esta Butterfly de 1991, su dignísimo trabajo al frente de la orquesta es
merecedor de encomio en muchos aspectos: rehúye como de la peste de hacer espectáculo superficial del exotismo de la ópera, y en cambio, propone una lectura densa y sosegada, marcadamente intimista y con una más que obvia predilección por los tempi lentos. En términos de belleza y estética los resultados son óptimos, aunque en lo que se refiere a hondura y profundidad dramática el papel de la orquesta no resulta tan notable, llegando en ocasiones a incurrir en una languidez que casa mal con ciertos momentos de tensión en la obra (“E vostro padre?” – “Morto!”). Aquí es donde está el problema: con algo más de fuerza y pathos en la orquesta, estaríamos ante una lectura realmente bien lograda, pero más allá de las cuestiones estéticas, a nivel expresivo todo se queda un poco a medio camino, rozando a veces peligrosamente el tedio. Pero es un digno trabajo, en cualquier caso.
El principal atractivo de la grabación, al margen del económico precio de Naxos, está en la deliciosa labor de Miriam Gauci en su encarnación de Cio-Cio-San, que merece todos mis parabienes desde su exquisito “Ancora un passo”. Cierto es que, influenciada quizá por la contención dramática con la que Rahbari parece concebir la obra, elabora a una Butterfly más etérea que terrenal, remarcando de manera evidente el distanciamiento mental en el que vive el personaje respecto de la realidad. No es ella, empero, una Butterfly fría ni inexpresiva y está espléndidamente bien cantada, con lo que se sitúa en términos de calidad muy por encima del resto del elenco.
Butterfly aparte, el reparto muestra un nivel que podemos considerar aceptable, aunque sin especial brillo. Yordy Ramiro (Pinkerton) muestra un material vocal que a priori no parece interesante, pero canta elegantemente. La dicción italiana, en cambio, sí es mejorable en algún punto. Nelly Boschkowá hace una Suzuki solvente y Jozef Abel canta el papel de Goro manteniéndose en un nivel puramente correcto y cumplidor, sin decir demasiado. El más discutible de todos es el soso y aburrido Sharpless de Georg Tichy, que exhibe una voz algo gastada y una tendencia quizá exagerada a cantar a media voz (especialmente en el segundo acto), convirtiendo al cónsul en un ser de lo más lánguido. También le sobran feos portamenti. El bonzo (Jozef Špaček) cumple, y resulta muy adecuado Robert Szücs en el breve papel de Yamadori.
2 comentarios:
Pablo, quiero darte las gracias por el trabajo tan impresionante que estás haciendo sobre Madame Buttefly(aparte de todo lo demás): Me doy cuenta de lo poco que sé y de lo mucho que estoy aprendiendo. Te felicito y de nuevo muchísimas gracias.
Por otro lado, me imagino que os habréis enterado de la retirada definitiva de Frühbeck de Burgos, al que vi dirigir este invierno pasado por última vez . Me impresionó verle salir tan viejecito y que cuando empezó a dirigir, parecía un joven que empezaba...cruel paso del tiempo!!!.
Un saludo.
La discografía comentada de "Madama Butterfly" está ya prácticamente terminada. Ha sido un año y medio comentando grabaciones (casi cuarenta, en total).
Lo de Frühbeck de Burgos es una auténtica lástima, pero cierto es que el hombre tiene ya una edad. Ojalá pueda superar su enfermedad. Un saludo.
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