Erich Leinsdorf (dir.); Leontyne Price (Cio-Cio-San); Richard Tucker (Pinkerton); Rosalind Elias (Suzuki); Philip Maero (Sharpless); Piero de Palma (Goro); Robert Kerns (Yamadori); Virgilio Carbonari (Bonzo), Anna di Stasio (Kate). RCA Italiana Opera Orchestra and Chorus. RCA 2 CD.
Cuando aún no se ha escuchado, puede causar extrañeza a priori la elección de Leontyne Price para la segunda Madama Butterfly de Erich Leinsdorf en estudio. Puede pensarse de antemano que la sedosa voz de la Price no acaba de encajar con el carácter aniñado al tiempo que trágico de Butterfly, pero lo cierto es que sí que lo consigue. Y además, desde el primer momento en el que aparece, con un notable “Ancora un passo”. Price sabe con qué bazas juega, y por tanto, elabora una Cio-Cio-San que durante el primer acto se muestra quizá más coqueta y sensual que aniñada. El resultado es vocalmente interesante, aunque no por salir sobradamente airosa del trance puede pensarse que el papel le siente como anillo al dedo. La voz pierde brillo y color en las notas más graves del famoso “Un bel dì” (“me ne starò nascosta”; “i nomi che mi dava”), y mantiene a veces una línea de canto algo oscilante (“Piccolo Idio, amore, amore mio”). También hay un gritito supuestamente gracioso que a mi entender sobra cuando bromea diciendo “sono vecchia diggià”. Parece como si Butterfly se hubiera sentado sobre una chincheta... En resumen, buen trabajo el de Price, mucho mejor de lo que de antemano pudiera pensarse, aunque también tiene algunos aspectos discutibles.
En lo que atañe al Pinkerton de Richard Tucker, confieso sin pudor alguno que mantengo con él una extraña relación de amor-odio, según el día. Por un lado, tenemos a un cantante con una dicción que se muestra bastante pobre por momentos (“È un po’ duRRa la scalata?”, etc.) y con un vibrato que puede considerarse también algo excesivo, especialmente durante los primeros minutos de la grabación. Incluso ocasionalmente da la sensación de recurrir a echarse la voz atrás (“Bimba dagli occhi”). Por otra parte, Tucker es mucho Tucker y tenemos con él a un Pinkerton que resulta notablemente creíble, y a mi entender, muy humano y atormentado durante el último acto. En su trabajo vocal, con las salvedades expuestas, son encomiables los muchos agudos abordados con aparente naturalidad, en los que la voz suena más bella y poderosa que en el resto del registro. Tucker opta así por mostrar a un Pinkerton más tosco que galante en la misma línea que seguiría años más tarde Pavarotti en su grabación para Karajan (click aquí), y distanciándose de los que concebían al personaje desde un punto de vista más galante (Bergonzi, Di Stefano, Björling...). Lo dicho: amor-odio.
Leinsdorf recurre nuevamente a Rosalind Elias para encarnar a su Suzuki, y el resultado viene a ser tan aceptable como el anterior, aunque ella vuelve nuevamente a recurrir a las lagrimitas cuando Butterfly la manda a jugar con el niño para suicidarse (“Va, te lo comando”). En cuanto a Goro, Piero de Palma resulta obviamente notable, aunque cae en la trampa de querer “orientalizarse”, mostrándose algo nasal y caricaturesco. Resultan preferibles sus Goros con Erede (aquí), Santini (aquí) o Barbirolli (aquí), de los que ya hemos hablado.
El resto del reparto es olvidable. No es esta una Madama Butterfly que brille especialmente por el buen hacer de sus secundarios. Philip Maero es un insulso y tosco Sharpless, y Robert Kerns pasa sin pena ni gloria como Yamadori. Resulta cuanto menos paradójico esto último, pues Kerns sí fue capaz de encarnar a un interesante cónsul con Karajan años más tarde (ver aquí y aquí). En cuanto al Bonzo de Virgilio Carbonari, no pasa de correcto. Parece mostrar cierto agobio en una escena en la que, por potencia vocal, ha de imponerse a la orquesta y al coro sonando al máximo de decibelios. Curiosa, por último, la presencia en el insignificante papel de Kate de Anna di Stasio, la Suzuki de la famosa grabación de Barbirolli.
El que sí que está claramente ejemplar es Erich Leinsdorf, cuya detallista labor al frente de la orquesta supera con creces a su anterior lectura, de la que hablamos por aquí. Esta Butterfly está impecablemente dirigida, y es Leinsdorf, en mi opinión, quien se muestra verdaderamente más indiscutible en la grabación.
4 comentarios:
acabo de llegar de Sevilla.Hacía mucho, quizás demasiado tiempo, que no lloraba de emoción, en una ópera en vivo.Me ha gustado tanto este Rigoleto que no sé que decir...bueno sí...que grande , grande Leo Nucci; le he visto muchas veces en este papel y creo que cada vez se supera más, no solo como cantante, sino también en interpretación.Me gustó mucho Gilda(Pratt) y Albelo(Duque de Mantua) fue de menos a más y muy bien.Hubo bis del final del 2º acto.Orquesta y coro también sonaron muy bien y por fin una puesta en escena en su tiempo, sin tener que pensar lo que la mente de algún psicópata desea que tu veas...y que normalmente no ves.
Opinión de una simple aficionada que le gusta lo que le llega al corazón..
Gracias Sevilla hasta muy pronto DM.
Un saludo.
A mi me toca mañana y todos los comentarios que voy leyendo son muy buenos. Lo voy a pasar bien seguro. Un saludo.
Muchas felicidades por el día de tu santo y a todos los Pedro y Pablo que siguen este fantástico blog.
Feliz día.
¡Muchísimas gracias, Gucki! Hoy toca celebrarlo con el "Rigoletto" del Maestranza.
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