Erich Leinsdorf (dir.); Anna Moffo (Cio-Cio-San); Cesare Valletti (Pinkerton); Rosalind Elias (Suzuki); Renato Cesari (Sharpless); Mario Carlin (Goro); Nestore Catalani (Yamadori); Fernando Corena (Bonzo), Mitì Truccato Pace (Kate). Rome Opera House Orchestra and Chorus. RCA 2 CD.
He aquí una grabación cuyo interés se centra, de forma esencial, en su protagonista. Erich Leinsdorf contó para su primera Madama Butterfly en estudio con la bella Anna Moffo para el papel principal. Cualquier rechazo que pueda experimentarse aquí a modo de prejuicio debe ser ahuyentado del todo. Moffo, como Freni, posee una voz evidentemente muy ligera para defender a Cio-Cio-San de forma continuada en un teatro, pero en la sala de grabaciones esa ligereza y ese aire juvenil funcionan a la perfección a la hora de retratar a la cándida japonesa. Moffo, además, cuenta a su favor con otra cosa: aun teniendo una voz óptima para incidir en la faceta infantil de Butterfly –sobre todo en el primer acto– huye de ser “excesiva” en su retrato de la Cio-Cio-San niña, evitando cualquier afectación. En realidad, sólo están de más alguna que otra risotada (¡qué manía en aquella época con humillar más de la cuenta a Yamadori!) y los llantitos y sollozos propios de muchas intérpretes de entonces. En cuanto a las risitas, insisto en lo que ya he escrito alguna vez: Butterfly ha sido geisha. Ha sido entrenada para tratar con personas adineradas como Yamadori y debe poseer una educación exquisita. Ella puede ver al príncipe como una “persona molesta”, pero de ahí a carcajearse a mandíbula abierta de su presencia hay un trecho demasiado largo que recorrer. Y en lo que se refiere a los pucheritos, también lo he escrito. La música es tan buena que no hay que acompañarla de sollozos innecesarios para que entendamos que nos encontramos ante un personaje abatido. Puccini no necesita, ni se merece, ese tipo de “ayudas”.
No pasa de correcto el Pinkerton de Cesare Valletti, que aunque bien cantado, resulta en mi opinión algo gris y sin brillo. Además, la voz es pequeña y a veces se la traga la orquesta. También es correcta la Suzuki de Rosalind Elias, con la que nos encontramos en la última escena con el mismo problema que con Moffo. Lágrimas, lágrimas y más lagrimas. En esta grabación, Suzuki sufre un ataque de llanto después de que Butterfly le ordene distraer al niño mientras se suicida (“va, te lo comando”). Innecesario, repito. Todo está en la música.
Quien sí está redondo es el modélico Sharpless de Renato Cesari, de lo mejor de la discografía en su papel. Todo lo contrario que el amaneradísimo (“Una ghirlanda di fiori...”) Goro de un vocalmente modesto Mario Carlin, que acaba arruinando su personaje convirtiéndolo en una suerte de caricatura grotesca e insoportable. Bien, por último, el Yamadori de Nestore Catalani y el Bonzo de Fernando Corena, que ya había grabado ese papel en 1951 para Alberto Erede (click aquí).
Erich Leinsdorf dirige con solvencia, aunque en lo personal no acaba de convencerme el modo en el que otorga protagonismo a los instrumentos de viento, y especialmente a las maderas, que a veces se imponen en pasajes en los que habitualmente pasan más desapercibidos, o cuanto menos no cuentan con una preponderancia tan llamativa (“Gran ventura...”). En cualquier caso, su lectura convence más a partir del segundo acto.
La grabación ha sufrido hasta la fecha una pobre distribución comercial. Y digo “pobre” por ser generoso. La única edición de la que tengo constancia es la vieja de RCA de 1988, hoy inencontrable salvo que se acuda al mercado de segunda mano, como hice yo en su día. ¿Vale la pena una reedición? En lo personal considero que no es una grabación de las que podemos catalogar como imprescindibles, pero el trabajo de Moffo es estimable y resultaría de justicia que estuviese a disposición del público aficionado.
6 comentarios:
!Caray Pablo otra grabación que desconozco!...lo que me queda por aprender...gracias de nuevo.
Hoy he estado en Wozzeck.Cada día me gusta menos esta música y canto atonal.Necesito emocionarme con una ópera en directo y este año en el Real ha sido imposible.
En cambio el martes estuve en el auditorio y me emocioné muchísimo con el Don Quijote de Strauss y la Op. 54 de Brahms que le ofrecieron como regalo a Encinar que se despidió de su trayectoria como director de la ORCAM.También oímos la obertura de Don Giovanni y La Celestina de Bernaola(esta me gustó menos).
Es verdad como dices, la música de Puccini no necesita de llantos, risas y otros ruiditos extraños.
Un saludo
La atonalidad y yo tampoco nos entendemos mucho, Gucki. Gracias como siempre por comentar y por aportar tus experiencias. ¡Un saludo!
Ayer escuche en Radio Clásica, la ópera de Sebastián Durón: La Guerra de los Gigantes.Me quedé bastante boquiabierta...podría haberla compuesto Monteverdi tranquilamente, en cambio yo no veo que esta ópera se programe...!!que poco nos gusta a los españoles presumir de lo nuestro!!.Comentaron que es la primera vez que aparece la palabra ópera en un escrito español y que estaba dedicada al quinto Conde de Salvatierra... Por favor si estoy equivocada por compararlo con Monteverdi...decidmelo, me encanta aprender.Gracias.
Un saludo
No conozco "La guerra de los gigantes" y me temo que no puedo opinar, pero desde luego que sí creo que llevas razón en eso de que no reivindicamos lo nuestro suficientemente.
Gracias por mencionar esta grabación, que considero excelente. La bella y sensible Anna Moffo está impagable como Butterfly, Cesare Valleti canta muy bien el papel de Pinkerton (coincido en que su voz es chica, pero no deja de ser encantadora). y Renato Cesari es de un Sharpless de antología. Leisdorf sale airoso. Sigue siendo una de mis grabaciones favoritas. Orfeo Pecci
Coincido en lo logrado del trabajo de Moffo y en el espléndido trabajo de Cesari. Es una grabación interesante, desde luego, pero la competencia es dura en esta ópera (Barbirolli, Serafin, Karajan...). Un saludo.
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