Se cerró anoche en la sala Joaquín Turina el primer ciclo de conciertos de abono de la Orquesta Barroca de Sevilla con un atractivo programa titulado “Rescatando a Alemania”. La propia página web de la OBS ironizaba sobre lo curioso del título en los tiempos que corren, porque lo cierto es que no siempre debe ser tarea fácil darle un “nombre” a un concierto y que suene medianamente inteligente. De hecho, las obras del programa eran bien conocidas y no puede hablarse, como ocurre tantas veces con la música de autores andaluces, de obras de recuperación histórica.
Se agradece mucho la presencia de un primer violín y director de categoría como Manfredo Kraemer, curtido nada menos que en la mítica Musica Antiqua Köln de Reinhard Goebel, para muchos la mejor agrupación barroca que haya existido. La primera parte se compuso del Concerto grosso op.6 nº10, HWV 328 handeliano, que alcanzó en su último movimiento una gracia y elegancia a mi juicio insuperables. Y luego se sumó al conjunto la presencia de esos dos grandes artistas que son Guillermo Peñalver y Vicente Parrilla para el famoso Concierto de Brandemburgo nº 4 de Bach, en el que el virtuosismo de ambos flautistas competía con el del Kraemer al violín para asombro de un público muy entregado desde el primer momento. La segunda parte perteneció a Telemann (Concerto para flauta travesera, violín y cuerdas, TWV 52:e3 y “Hamburger Ebb’ and Fluth” de la Wassermusik, TWV 55:C3), así como la propina final, un concierto para dos flautas y dos oboes cuyo número no se especificó.
Ventura Rico se dirigió al respetable agradeciendo la buena acogida de cada uno de los conciertos, asegurando darse por satisfecho con el simple hecho de que cualquier persona del público haya captado algún instante de belleza. Sus palabras causaron, naturalmente nutridos aplausos entre un público que comentaba la triste exclusión que ha sufrido la OBS del Teatro de la Maestranza, a la que me referí en mi última entrada.
Insisto. No creo que se nos vaya a venir el mundo encima por el hecho de que el Maestranza apueste por una temporada modesta, dada su precariedad económica. No hay mal que cien años dure y hay que confiar en la llegada de tiempos mejores. A decir verdad, no tengo ni idea de cómo funciona la cuestión de los presupuestos de un teatro como el Maestranza, pero entre el público capté comentarios de gente que hablaba de un presupuesto de seis mil euros para la OBS. También escuché la cifra de ocho mil. Y la verdad es que no sé qué pensar. No sé lo que cobra una orquesta normal por un concierto del tipo de los de la OBS, pero las cifras, si son las que escuché, no parecen excesivas si tenemos en cuenta las ganancias de la venta de entradas y demás. Francamente, si no son cantidades muy abultadas no acabo de comprender muy bien la lógica de la exclusión de esta orquesta.
Si algún lector de esta entrada se anima a sacarme de mi reconocida ignorancia y me ilumina un poco sobre las auténticas razones de la ausencia de la OBS en la próxima temporada del Maestranza se lo agradecería, francamente.
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