Puesto que nos encontramos ya en año Verdi, quiero comenzar mi secuencia de óperas mensuales en DVD con la que para mí es su obra más completa y sublime: Otello. A diferencia de lo que me ocurre con otros compositores, en el caso de Verdi se me hace dificilísimo hablar de una ópera favorita, pero si tuviese que referirme a aquella que considero más redonda, madura e impactante, esta sería Otello. Si esta es una ópera tan especial para mí, no lo es menos la versión en DVD que comento. Este Otello de Solti en Covent Garden de 1992 lo tuve primero en VHS, y fue mi primera versión de esta monumental cima de la ópera italiana. Hace apenas un par de años que me hice con una edición en DVD, que es la incluida en la serie “My greatest roles” de Plácido Domingo, que incluye también el Ernani de Muti y el Trovatore de Karajan (comentado aquí), junto con un DVD extra de entrevistas en las que Domingo habla sobre su experiencia con estas tres óperas.
Antes que nada, recomiendo encarecidamente al lector de esta entrada que lea éste valioso análisis del blog Ya nos queda un día menos. En él pueden localizarse, junto con las valoraciones musicales, datos técnicos muy útiles sobre las distintas versiones que han circulado de esta ópera en DVD. La primera de ellas, de Pioneer, está descatalogada. Incluía subtítulos en castellano y varias prestaciones en lo que se refiere al audio. La actual edición, que distribuye Opus Arte, sólo trae subtítulos en inglés y el audio sólo viene en estéreo, aunque en contrapartida parece que la calidad visual y de sonido es superior. Para más detalles, lo dicho: ver este post.
Estuche “My greatest roles”
La edición de “My greates roles”, que como decía es la que tengo en casa, no se corresponde ni con la de Pioneer ni con la de Opus Arte. Lleva el sello de Warner e incluye, afortunadamente, subtítulos en castellano, pero el audio viene tan sólo en estéreo, por lo que es una especie de “mezcla” de las prestaciones de ambas versiones en DVD. La calidad de imagen es muy buena, aunque no he hecho la comparativa con las otras ediciones y sólo puedo abstenerme de decir cuál es mejor. Pero se ve muy bien. Teniendo en cuenta que está editada en 2010, quizá se haya tomado la edición de Opus Arte, que es la que circulaba ya entonces en el mercado, y se le elaborase un menú nuevo para el estuche de “My greatest roles”, incluyéndole una mayor variedad de subtítulos. Pero no es más que una suposición.
Bien. Dejemos a un lado los datos técnicos y pasemos ahora a lo estrictamente visual. La propuesta escénica de Elijah Moshinsky es de corte clásico, aunque no resulta especialmente atractiva. Es oscura y algo fría, y el escenario presenta frecuentemente un aspecto algo vacío y desangelado, lo que lleva al gran Brian Large, que se las sabe todas, a concentrarse fundamentalmente en los planos cortos. Sí que me parece muy vistoso el vestuario de Peter J. Hall, que busca parecer más realista y correcto históricamente que espectacular. Un acierto. Por cierto, hablando de Brian Large, durante los aplausos finales este está casi tan preocupado en enfocar repetidamente al príncipe Carlos y a Diana de Gales que en hacerlo con el escenario.
De lo visual –sobre lo que no hay aquí demasiado que decir– pasamos a lo musical. Cuando Plácido Domingo decidió cantar Otello a mediados de los setenta del pasado siglo, hubo quien se llevó las manos a la cabeza y anunció que ese sería el final prematuro de su carrera. El tiempo no sólo no les ha dado la razón a estos malos agoreros, sino que ha situado a Domingo en la cima de los grandes intérpretes de Otello del siglo XX. Es fácil criticarle sus consabidas carencias de agudo y demás, pero lo cierto y verdad es que él ha sido el Otello más emblemático de los últimos treinta años, mientras que hoy, al margen de que muchos cantantes sean capaces de afrontar con éxito la parte del moro, no existe ninguno que resulte verdaderamente emblemático para nuestros días. Ninguno. La estela de intérpretes referenciales se remonta a Vinay con aquélla célebre grabación de Toscanini; a Del Monaco, considerado por muchos como el intérprete de referencia gracias a su portentoso metal aun adoleciendo de serias limitaciones expresivas y de no pocas exageraciones de escasa elegancia; a Vickers, mucho más expresivo pese a su voz poco grata; y finalmente muere –hasta el día de hoy– en Domingo. Él es el último Otello de referencia, y a pesar de todos los peros que se le puedan poner, compagina buena parte de los mejores elementos de sus predecesores. Desde luego, Domingo no tiene la potencia vocal ni el agudo del gran Mario Del Monaco, cuya voz me parece más oscura y estrictamente dramática que la suya y que para mí es, a pesar de sus ya señalados defectos, una de las mayores glorias de la historia de la ópera. Sin embargo, Domingo sí sabe cantar con extrema delicadeza el dúo de amor con Desdemona y huir de todo exceso teatral, ganando en musicalidad y sin perder en cambio ni un ápice de expresividad. También la voz es más sedosa y uniforme a lo largo del registro que la de Vickers. Si me preguntasen cuál es mi Otello preferido probablemente me inclinaría por la potencia y el arrollador carácter de Del Monaco. Pero si la pregunta se formula de forma sutilmente diferente -¿cuál es el Otello más equilibrado?- mi respuesta sería Plácido Domingo.
A todo esto hay que sumarle un elemento ya secundario, pero que no deja de ser atractivo al ver una ópera en DVD. Y es que en este Otello de Covent Garden podemos ver mejor que nunca el animal escénico que es Domingo. He visto muchas, muchas filmaciones suyas –sólo en este blog hay más de una decena de ejemplos comentados, y eso no es nada– y creo no equivocarme si digo que en ninguna de ellas provoca Plácido tanto impacto teatral como en esta. Sus gestos, sus miradas y movimientos te obligan a fijar la vista en él y hacen que el personaje cobre vida realmente. Está extraordinariamente bien en esta filmación.
En el estuche de “My greatest roles” se incluye, como decía antes, un DVD adicional con entrevistas, y lo cierto es que es un placer escucharle reflexionar sobre Otello. Tiene palabras de recuerdo para intérpretes emblemáticos como McCracken, Del Monaco o Vickers y narra las inquietudes que acompañaron a su debut en el papel. Mejor hacerlo demasiado joven que demasiado viejo, dice, y lo cierto es que acaba reflexionando sobre lo mucho que maduró su visión personal del personaje a lo largo de tres décadas, en las que se impuso desde el principio no cantar más de diez funciones por año. Puede parecer muy poco, pero sólo es apariencia. Plácido Domingo ha cantado más de 220 funciones de Otello. Ahí es nada.
Además es un placer oírle reflexionar sobre el personaje en la entrevista. No me resisto a transcribir aquí en castellano (la entrevista es en inglés) un fragmento en el que pone muy de relieve el carácter humanísimo con el que él concibe a Otello:
“Creo que también hay que comprender el problema religioso. Creo que él es muy feliz con Desdemona y practica el catolicismo hasta que entra en crisis. Entonces pasa a sentirse completamente perdido hasta el monólogo final. Pienso que cuando está en el escenario en la última escena él tiene la idea de que ella ha pecado y él debe castigarla. Es cuanto tiene que hacer, y él lo considera su destino. Luego, cuando toma conciencia de lo que ha hecho, sigue siendo un creyente que espera volverla a ver. Al descubrir la tragedia de que ha sido completamente traicionado por Iago piensa que existe otro mundo en el que volverá a verla de nuevo. Cuando dice “Un bacio” al final (como los tres besos que menciona en el dueto del comienzo) y “un altro ba... cio” sin poder terminar la frase, tiene una muerte feliz en cierto sentido. No podría haber vivido demasiado después de haberla matado, y en ese momento él realmente cree que va a volver a verla”.
Compartiendo protagonismo con Domingo tenemos a una Kiri Te Kanawa que se muestra capaz de distanciarse de su habitual cursilería y del mero “cantar bonito”, resultando tan convincente y conmovedora en el dúo de amor del primer acto, en el que luce algunos pianissimi capaces de ponerle a cualquiera el vello de punta, como en la canción del sauce y la posterior Ave Maria. No nos engañemos. Su Desdemona es dulce. Es Kiri Te Kanawa y es el papel inocente de Desdemona, pero no es cursi ni en exceso almibarada.
El más discutible de los cantantes principales es el Iago de Sergei Leiferkus. Y no es discutible porque cante mal, pues ocurre todo lo contrario. Con excepción del algún sonido feo (“Dal germe della culla”), se defiende más que adecuadamente y sabe enfocar el papel sin exageraciones que están de más, pero la parte de Iago exige a mi entender una voz más densa y menos lírica que la suya. Está bien cantado, sí, pero su voz no resulta suficiente para el papel.
Los secundarios cumplen bien, y Robin Leggate, que por la misma época hizo también en Covent Garden un muy notable Narraboth que comenté aquí, resulta un Cassio adecuado. Por su parte, el coro de la Royal Opera House está francamente espléndido en todas y cada una de sus apariciones.
En lo que atañe a la dirección de Sir Georg Solti, podría acabar muy rápido en realidad, diciendo que el suyo es un trabajo extraordinario. Sólo un año antes, Solti había grabado ese Otello que podemos considerar como “experimental” con un tenor lírico como Luciano Pavarotti y con la propia Kiri Te Kanawa como Desdemona. Una dirección de absoluto lujo para acompañar a uno de los últimos repartos verdaderamente grandes que creo que hayan podido disfrutarse de esta ópera.
5 comentarios:
Muchas gracias por el enlace ;-)
Por lo demás, absolutamente de acuerdo.
PD: curioso eso de la edición sin DTS pero con subtítulos en castellano. La de Pioneer era bastante malilla. Si en la tuya los negros son bien negros, es la edición buena, la de Opus Arte.
Pues sí. Lo único que permite el menú de "Configuración" (Setup) es elegir subtítulos (inglés, alemán, español, francés e italiano). Con el audio no se puede hacer nada. El resto del menú se compone simplemente del Play y la selección de escenas. Y desde luego los negros se ven bien negros. Yo mismo he hecho las capturas de pantalla.
La parte trasera de la carátula describe las prestaciones. Copio:
OTELLO 145 MINS - NTSC 4:3 - DOLBY 2.0 STEREO
SUBTITLES: ENGLISH, FRANÇAIS, DEUTSCH, ITALIANO, ESPAÑOL
Acabo de comprobar que lo de NTSC es la resolución de la imagen (soy bastante ignorante en estas cosas). Lo otro es la única posibilidad de audio que ofrece. Está claro que es una edición hecha ad hoc para la colección de Domingo.
Gracias al Sigfrido de Sevilla, conocí este blog y estoy ENCANTADA(es la primera vez que participo en uno).
Me ha parecido fantástico todo este artículo de Otello.
Yo me declaro cien por cien Dominguista, sus interpretaciones al margen de la voz(que también) son extraordinarias,se cree todos los personajes que interpreta..le adoro Este Otelloque mencionas es buenísimo.Yo tengo un DVD de Domingo con Fritoli y Nucci, con Muti a la batuta que también me parece excepcional.Muchas gracias y una pregunta¿cuantas horas tiene tu día 54...??.Un saludo.
Gucki
Tengo también ese Otello de Muti, y aunque no es el mejor de Domingo tiene interés porque es su ÚLTIMO Otello. Desde esas funciones que comentas no ha vuelto ya a cantarlo.
¡Y yo sí que estoy encantado de que te guste el blog!
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