Desde que creé El Patio de Butacas, siempre he querido utilizarlo para verter en él mis impresiones sobre el mayor número posible de grabaciones de ópera y de música culta. En algunos de los blogs amigos que enlazo –caso, por ejemplo, de Ya nos queda un día menos– hay ejemplos muy notables de cómo hacerlo bien. Se trata de seleccionar una obra en cuestión y de referir en una misma entrada nuestras impresiones sobre un buen número de grabaciones.
¿Por qué no lo he hecho?
La razón es muy sencilla. Escribir entradas de este tipo implica disponer, obviamente, de una discografía considerable y del tiempo necesario para escucharla. Meterse entre pecho y espalda treinta “Toscas” en unos pocos días es volverse loco. Entiendo que este tipo de entradas tienen que irse gestando poco a poco, durante al menos varios meses.
Por estas razones decidí desde un primer momento dejar de lado el interminable universo de las grabaciones discográficas y dedicarme al mucho más restringido del DVD. Desde que creé el blog, he ido comentando una grabación (a veces más) de ópera en este formato cada mes, y pienso mantener esta sana costumbre en el futuro.
¿Qué utilidad tiene?
La pregunta clave. Pienso que una entrada que recopile numerosos análisis discográficos de un título de ópera puede ser de gran utilidad para todo aquél que busque información acerca de cuáles son las grabaciones más recomendables y cuáles, en cambio, conviene evitar. Naturalmente, existen publicaciones en este sentido, pero a diferencia de adquirir un libro, la lectura de un blog es gratuita. En realidad, hago esto por pura satisfacción personal y con la esperanza de que quizá pueda servirle de ayuda a alguien. Ni que decir tiene que yo no soy crítico ni experto en nada. Hay que tener sentido de la humildad y reconocer que por encima de cualquier cosa lo más importante es que lo que escuchamos nos guste y emocione. He escrito que mis recomendaciones quizá puedan ayudar a alguien, o sea, que de ninguna manera pretendo pontificar ni sentar cátedra en nada. Que el lector ponga siempre en duda cuanto escriba y experimente por sí mismo. Vaya por delante que eso es lo más satisfactorio.
Desde luego, decir que son muy recomendables la Tosca de De Sabata, La Traviata de Giulini o la Carmen de Abbado parece, a priori, un ejercicio inútil. Cualquiera, hasta el más desinformado, puede descubrirlo a poco que navegue por internet. Por tanto, no pretendo descubrir absolutamente nada nuevo con grabaciones que llevan décadas en el mercado. Sin embargo, internet está tan lleno de porquería que considero que una página cultural más nunca está de sobra, aunque la información que ofrezca no sea novedosa.
Mi intento de 2012
Así las cosas, hace ahora un año que creé una sección llamada “Discografía”. Estaba decidido a elaborar listas de grabaciones importantes, escucharlas todas y escribir largas entradas con mis impresiones. Huelga decir que todos mis intentos de elaborar listas cerradas fracasaron. Siempre hay una grabación más por escuchar que me imposibilita acabar el trabajo.
Al final, lo único que subí el año pasado a la nueva sección de discografía fue una recomendación del último cedé de Yuja Wang.
¿Cómo hacerlo?
Partiendo de la premisa de que soy incapaz de elaborar listas cerradas de recomendaciones, la opción está muy clara: por el momento, en lugar de escribir un largo post con muchos análisis, los iré publicando individualmente en entradas separadas. Mi intención es dedicarle un año completo a la discografía de un título de ópera, comentado aproximadamente un par de grabaciones cada mes. Al término del año tendremos una media de 25-30 grabaciones comentadas, lo que constituye una discografía considerable. Tengo la intención de copiar todos los textos en un post “final” compilatorio, que posteriormente iré modificando cada vez que escuche una nueva grabación, avisando de ello de antemano en el blog.
Un ritmo de una única ópera al año es desde luego un ritmo muy lento, pero a diferencia de lo que ocurrió en 2012, es algo. De este modo, cada mes aparecerán entradas dedicadas a analizar grabaciones, siempre de una misma ópera. Mi idea es que no sean muy largas. Tampoco aparecerán por orden cronológico de grabación ni de preferencia o calidad. El orden en el que aparezcan publicadas es puramente aleatorio, según vaya escuchando.
Es frecuente que aquél que analiza las grabaciones opte por puntuarlas con una nota sobre diez o asignándole un determinado número de “estrellitas”. Yo omitiré recurrir a esto. Comprendo que este tipo de puntuaciones pueden ayudar en un determinado momento a hacerse una idea rápida del valor de la grabación, pero también considero que esta práctica puede llegar a sembrar una confusión en el lector absolutamente innecesaria. Siempre que he visto este tipo de calificaciones he percibido que se puede estar totalmente de acuerdo con el texto y sin embargo, muy en desacuerdo con la valoración final expresada en nota numérica o “estrellitas”. Por tanto, pienso limitarme simplemente a escribir mis impresiones. Que sea el lector el que, tras la lectura, decida hasta qué punto una determinada grabación le parece atractiva.
¿Por dónde empezar?
Un dilema importante ha sido el de decidir cuál va a ser la ópera a la que voy a dedicar el año 2013. Como mozartiano irreductible, lo que me pedía el cuerpo era empezar la trilogía “dapontiana” con Le nozze di Figaro, mi ópera favorita, como he escrito alguna vez en el blog. Sin embargo, un elemental sentido de la prudencia me llevó a desechar la idea: cuanta más pasión se siente por una obra, más grabaciones se quieren escuchar, corriendo el riesgo de que la discografía se convierta en una historia de nunca acabar. Dejemos a Mozart para el futuro, cuando haya llevado a cabo alguna discografía recomendada más limitada numéricamente.
Después de valorar posibilidades como varios títulos de Verdi (que está de aniversario este año con Wagner), he optado por elegir un título de Puccini al que he dedicado varios posts el pasado año: Madama Butterfly. La razón de mi decisión ha sido doble. En primer lugar, no me queda mucho –al menos eso creo– para cerrar una sección llamada “Explorando el Japón de Butterfly”, y pienso que una discografía recomendada de la ópera podría ser un buen complemento. La segunda razón es más importante y elemental: dispongo de un número bastante aceptable de grabaciones de esta ópera y no son muchas las que tendría que escuchar por primera vez para elaborar la discografía.
Veamos qué tal funciona la nueva sección.
5 comentarios:
¡Estupenda noticia! Me parece muy interesante que seamos muchos los que compartamos nuestras opiniones, sobre todo ahora que la prensa "oficial" se ha reducido a la mínima expresión. Un saludo.
No sabes lo que me alegra leer esto de ti, que eres todo un especialista en este tipo de entradas. Un abrazo fuerte.
Conocí tu blog a mi vuelta del Sigfrido de Sevilla y ahora leo que le dedicas todo un año a la ópera por la que yo me "enganché" a este increíble mundo de la ópera...!!lo que voy a aprender!!.
Lo seguiré con mucha atención.
Gracias.
¡Espero que te guste! Gracias a ti.
Excelente idea. Ya estas tardando en ponerla en marcha.
Enhorabuena.
Un saludo.
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