Ayer acudí al Teatro de la Maestranza de Sevilla para presenciar la primera de las dos funciones (la segunda es hoy) que se ofrecen del Romeo y Julieta de Sergei Prokofiev con la Compañía Nacional de Danza. Hace tres años que pudo verse en Sevilla una brillante Cenicienta de Prokofiev de la que escribí aquí, y tras leer en su día la crítica de Ya nos queda un día menos a propósito de las recientes representaciones de este Romeo y Julieta en el Teatro Real, iba con las expectativas bien altas de encontrarme con un gran espectáculo visual. Y vaya si me lo encontré.
Por desgracia, mi entusiasmo por el espectáculo en lo que concierne al baile no lo fue tanto en lo que afecta a la música. No hubo orquesta en el foso y se acudió a la música enlatada, recortándose, como en Madrid, parte de la partitura de Prokofiev. Así que nada puedo decir sobre el apartado musical, puesto que todo consistió en una grabación.
En cuanto al trabajo de la CND, debo aclarar que soy cualquier cosa menos un experto. Pero disfruté muchísimo de la brillante coreografía de Goyo Montero. Se trata de un espectáculo de danza contemporánea que compagina números de conjunto absolutamente espectaculares –por ejemplo, la sensacional y violentísima lucha, con un sensacional uso de los focos de luz, o la famosa escena del baile de los caballeros– con otros de enorme intimismo –escena final con las muertes de los amantes– todo ello arropado de una musicalidad apabullante. No hay un gesto de un bailarín, por pequeño que resulte, que no esté cargado de intención y sentido con la música que suena al momento. Hay muchísimo, muchísimo trabajo y esfuerzo detrás de un espectáculo como el que vi anoche.
No menos destacables me parecieron los bailarines principales: el Romeo de Aleix Mañé y la maravillosa Julieta de Marina Jiménez, agilísima y llena de gracia por momentos y profundamente dramática al final. Y nada por debajo se queda el muy sólido Mercucio de Javier Monzón. En cualquier caso, la gran apuesta de Montero es la presencia de Mab permanentemente en el escenario, encarnando los conceptos clave (tiempo, muerte, etc.) que dominan a los personajes. Allan Falieri estuvo sensacional por agilidad y presencia física. En suma, un espectáculo de danza de primerísimo nivel.
El teatro estuvo bastante lleno, aunque no al cien por cien. Podría cerrar esta pequeña crónica exactamente igual que la de Fernando (click aquí): lo que he visto ha sido espléndido, pero me quedo con las ganas de verlo con una orquesta bien dirigida en el foso.
16 comentarios:
¡Gracias por el enlace! Me alegra que disfrutaras. Con tus apreciaciones coincido plenamente (again), aunque tampoco soy ningún experto. Con el que no coincido es con el del Diario de Sevilla, que supongo que sí lo es. Dice que la coreografía no es "lo suficientemente contemporánea", o algo así. En fin. Un saludo.
Yo también he leído lo del "Diario" y la apuesta me parece incuestionablemente moderna y contemporánea, por mucho que algunos movimientos, saltos y demás puedan recordar a veces lo "clásico". Como decía Eugenio D'Ors, todo lo que no es tradición, es plagio.
También yo eché de menos una orquesta en el foso.
No soy demasiada aficionada al ballet; se puede decir que es la primera vez que veo uno en directo. Salí encantada. Solo hubo un pero ...la música. Llegué a pensar que siempre que hay ballet..la música es enlatada : según veo , no es así.
Un saludo
En el Maestranza cada temporada se hace al menos un ballet clásico con orquesta, Mª Fernanda. Este año fue "Giselle". Un placer tenerte por aquí.
coincidí, por su comentario, con Fernando el mismo día en el Real y ya comenté que salí entusiasmada.
Me da pena que no tuvieráis orquesta en directo en Sevilla, pues la del Real sonó muy bien y creo que es el complemente perfecto.
¿No os parece que Goyo Montero, ha debido de ver muchas veces West Side Story?, porque a mí me recordaba en muchas fases del ballet, luchas sobre todo, a esta maravillosa, para mí, película.
Un saludo para todos.
Un clásico no se puede destrozar así, lo que es con zapatillas de puntas, con orquesta, debe ser como fue concebido, sino se está medio transmitiendo una pseudo cultura a la gente. Si se representan cosas así ¿cómo van las nuevas generaciones a comparar? si el listón es bajo, la gente será incapaz de valorar algo realmente clásico. ¿conocerán en el futuro quien fue Margot Fontaine y Nureyev? ¿quién era Marius Petipá? Creo que hay que exigir más nivel, no conformarse con que la cultura sufra lo mismo que el país. Si no se puede permitir pagar una orquesta en foso, porque la taquilla no la podría pagar, al menos que no recorten la partitura. En fin... De todas formas mil gracias por tu post.
Gucki, yo también comenté al salir que a veces me había acordado de "West Side Story", sobre todo en algunos números de conjunto.
Ramón, el tema que tocas es bastante profundo. Yo no creo que este "Romeo" sea un destrozo, sino todo lo contrario.
Tampoco veo que una trabajadísima producción "moderna", por ejemplo, de una ópera, tenga menos nivel que una clásica en la que el decorado se limita a una mesa aquí, una lámpara allá, etc...
En este asunto los gustos personales tienen mucho que decir. A mi, que soy clásico a rabiar, hay trabajos escénicos en plan contemporáneo que me parecen una mamarrachada (y lo he escrito en este blog) y otros, en cambio, que honestamente veo merecedores de elogio. De todo hay.
Igual le dedico al tema una reflexión más profunda en el blog.
A mí también me encantan las puestas en escena clásicas Ramón, aunque no desdeño una puesta en escena contemporánea que sea digna(a veces he visto clásicas horrorosos y contemporáneas fabulosas)Ciero es que ver un Romeo y Julieta clásico es maravilloso, y yo personalmente, cada vez que tenga la oportunidad de verlo, lo haré.
Te comento que yo he sido bastante radical con las puestas en escena clásicas y no admitía nada moderno, pero(deben ser los años) últimamente no me cierro a nada.
Aprendo y me enriquecen muchísimo vuestros comentarios.
Un saludo.
Les comprendo. Pablo no hablo particularmente del decorado. No comprendo las licencias que se permiten ciertos directores de cortar partituras, solo hablaba de eso. He visto maravillas donde solo la coreografía era una cortina blanca, y esperpentos donde la coreografía podía ser digna de Zefirelli. Hay de todo. Pero si un compositor clásico escribe una partitura y da señales de como debe ser interpretada y "ser bailada", debería de respetarse ¿no te parece?
El año pasado vi una Madame Butterfly en el Auditorio de Tenerife que me dejó con la boca abierta, ambientada en los años 50 en una barriada, con putas. El Pinkerton era un desgraciado y daba mucha rabia ver como Madame Butterfly se había enamorado de un chulo. Esa era la verdadera esencia de la opera, así había sido escrita, y lo lograron. Encima estuvo bien cantada e interpretada. No cortaron ni una nota de la partitura. Y dieron con el fondo del asunto y se dejaron de representar, como ha sido costumbre, un Pinkerton medio bobo, cuando realmente fue un chulo americano que deja embarazada a una pobre japonesa adolescente, enamorada y manipulada. Pero en fin, se me ha ido la pinza y he contado más de lo que debía, jajajajaja. Me encanta postear con ustedes.
Miren lo que hacen los Chinos en la Opera de Pekin, es para suspirar:
http://www.chncpa.org/ens/jmsc/ycjmxx/2011-06-03/137245.shtml
Al final estamos de acuerdo. Lo de cortar o manipular la partitura para que adapte a una propuesta escénica es negativo para mi. Como director escénico entiendo que hay que adaptarse al compositor, y no tener la prepotencia de hacer lo contrario.
La cosa es que incluso entre los clásicos ocurre eso. Fíjate en Zeffirelli, al que citas. En su peli de "Traviata" se inventa una escena que no existe reciclando música de la ópera, y en la de "Otello" mete la tijera sin pudor y corta la escena de Desdemona.
Por cierto, vaya con los chinos... Soprendido me quedo, aunque le han plantado el techo del Panteón de Agripa a San Andrés.
Cuando digo "como director escénico entiendo" no quiero decir que yo sea director escénico. Yo no soy ná.
A mí la ópera china no me gusta, aunque les veamos hacer cosas que no parecen de este mundo.Nada mas hay que ver la disciplina, bueno, por no llamarlo tortura, a la que someten a las criaturas desde muy pequeños.
Por cierto Pablo, eso de que tú no eres ná...ná de ná.Aparte de super devoto de Mozart, de todo lo que escribes yo estoy aprendiendo muchísimo.
Gracias de nuevo.
Un saludo
Creo que Ramón no se refiere a la ópera tradicional china, sino a unas fotos que ha puesto de un montaje de "Tosca" en Pekín. A eso me refería. ¡Y gracias por tus palabras, Gucki!
y esta escenografía de La Traviata, estoy impactado:
http://www.chncpa.org/ens/jmsc/ycjmxx/2011-04-22/65086.shtml
Publicar un comentario