Gianandrea Gavazzeni (dir.); Victoria de los Ángeles (Cio-Cio-San); Giuseppe Di Stefano (Pinkerton); Anna Maria Canali (Suzuki); Tito Gobbi (Sharpless); Renato Ercolani (Goro); Arturo La Porta (Yamadori); Bruno Sbalchiero (Bonzo); Maria Huder (Kate). Coro e Ochestra del Teatro dell’Opera, Roma. Brilliant Classics 2 CD.
Aunque en ocasiones aparezca injustamente relegada a un segundo plano frente a cantantes como Scotto o Freni, una de las más grandes representantes de Madama Butterfly en la discografía ha sido, sin sombra de duda, Victoria de los Ángeles. La voz puramente lírica de De los Ángeles se adaptaba como un guante a personajes puccinianos como Cio-Cio-San o Mimì, por los cuales ella siempre dijo sentir especial predilección, sobre todo en el caso de la protagonista de La Bohème, de la que dejó un histórico registro con Björling.
Hay, sin embargo, quien tacha a alguna de sus interpretaciones, y más concretamente a su Butterfly, con el calificativo de “anticuada”. Por referir un único ejemplo, Roger Allier, en su libro sobre discografía de ópera (el mismo en el que confunde a Leporello con Fígaro una y otra vez) se refiere a su labor en la grabación que realizó de esta ópera con Gianandrea Gavazzeni con los calificativos de poco convincente, “lacrimógena” y de poca tensión. Ni que decir tiene que no comparto esas apreciaciones, tan vagas por otra parte. De los Ángeles tiene una voz obviamente adecuada para el papel, y huye precisamente de los excesos veristas de los que sí hizo gala Tebaldi en sus dos estudios, que sí que se merecen en mi opinión el adjetivo de “lacrimógenos”. El canto es impecable, y no hay pucheritos, sollozos ni excesos de ningún tipo. De hecho, por el contrario de lo que muchos dicen, yo veo más puntos en común entre el enfoque que De los Ángeles da al personaje con el de Freni que con el de Tebaldi. Victoria de los Ángeles no es tan seria como una Tebaldi en el papel ni tan niña como Dal Monte. Es un equilibrado punto intermedio que a servidor le resulta totalmente disfrutable.
Además, para redondear la cosa, tenemos a un Pinkerton de verdadera categoría en Giuseppe Di Stefano. Lo que hace Pippo está a la altura de lo mejor que ha dado la discografía en este papel, con poco que envidiarle a un Bergonzi, quizá el Pinkerton más celebrado. El resto cumple sin tanto brillo, pero a buen nivel. Anna Maria Canali defiende bien su papel de Suzuki, y Tito Gobbi no resulta tan áspero como pudiera pensarse como Sharpless. No soy muy gobbiano yo, pero si se le escucha aquí libre de prejuicios negativos, justo es reconocerle que, aunque su voz no me parece bella, no incurre en su habitual defecto de “caricaturizar” a sus personajes.
En cuanto a los secundarios menores, Renato Ercolani tiene una adecuada voz para el papel de Goro, aunque a veces tiende a sonar algo nasal (probablemente de forma intencionada). Y es que Ercolani pertenece a esa categoría de tenores que interpretan al casamentero de forma afectada, muy baboso con Pinkerton durante el primer acto. Volvería a grabar el papel con Karajan al año siguiente (ver aquí), sin alcanzar tampoco en mi opinión un resultado satisfactorio. El resto cumple correctamente: Bruno Sbalchiero como Bonzo y Arturo La Porta en el triple papel de Yamadori, comisario imperial y oficial del registro.
Gianandrea Gavazzeni dirige también con solvencia esta Butterfly, aunque en mi opinión con excesiva rapidez, sobre todo durante el primer acto. El exotismo de Puccini necesita poder paladearse mínimamente, y más aún en una ópera como esta, de carácter obviamente más intimista que, por ejemplo, Turandot. A veces uno tiene la sensación de que a Gavazzeni se le escapa la música, la intención profunda de cada escena, con tanta absurda premura. También se omite la repetición del coro de familiares “Ne vidi già” del primer acto. A partir del el segundo todo resulta más logrado.
Pese a los casi sesenta años transcurridos desde la grabación, la calidad de audio es muy aceptable. Varios sellos discográficos (Testament, Naxos) la han editado hasta la fecha, y la reedición más reciente de la que he tenido noticia es la de Brilliant Classics (2011), que la distribuye a un precio de lo más económico, como siempre. Es esta edición de Brilliant la que tengo, y naturalmente no ofrece ningún lujo en materia de presentación, textos, etc., pero sí que es una estupenda opción para aquellos que deseen tener una buena Butterfly gastándose muy poco dinero. Sólo una cosa: el tipo que hizo la carátula de la edición de Brilliant metió bien la pata con el listado de cantantes y la asignación de los papeles. Según se lee, Arturo La Porta canta el Bonzo y Renato Ercolani es al mismo tiempo Goro y Yamadori, lo cual no es correcto.
2 comentarios:
Desconocía la opinión de Roger Allier respecto de la interpretación de Victoria de los Angeles en Butterfly pero me parece totalmente desacertada. Victoria es posiblemente una de las las cantantes mas "modernas" entre las antiguas. Refleja como ninguna otra la edad real del personaje no solo en el primer acto (15 años) sino también en el segundo (18 años) pasando de una niña ilusionada a una niña destrozada. De acuerdo que el color de su voz era el ideal pero precisamente por eso a unas voces les van más unos personajes que otros.
Victoria era siempre limpia en la línea de canto y desechaba todo artificio en la interpretación. Como buen ejemplo estaría sin duda su interpretación del "o mio babbino caro" también de Puccini, una versión poco reconocida pero que nos llega limpia, directa y fresca como ninguna otra.
Tebaldi resultaba siempre demasiado "matrona" y lacrimógena pese a la indudable belleza del instrumento. Todos sus personajes puccinianos se oyen avejentados y desemsuradamente veristas pero ¿Realmente Puccini es un compositor verista? Yo personalmente creo que no.
Enhorabuena y gracias por tu Blog
¡Gracias a ti por comentar, Ignacio!
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