Nunca he sido muy fan de Barbara Hendricks, pero ayer asistí a su recital en el Teatro de la Maestranza, dispuesto a no desaprovechar la oportunidad de escuchar en vivo a una soprano de gran fama. La encontré mayor de lo que esperaba, y no sólo en el plano físico, sino en el vocal, en el que su emisión se hace ahora cuestionable por un vibrato en ocasiones exagerado –obvio signo de desgaste– y por una casi nula agilidad en pasajes que tampoco resultan demasiado exigentes en este ámbito. Pero hizo un recital que podríamos describir como “bonito” o incluso “muy bonito” del que salí satisfecho, porque precisamente, como digo, mis expectativas no eran altas. Acompañó al piano Ariane Jacob, muy sensible y atenta, pero aunque no tenga nada absolutamente que ver, después de lo que le escuché anteayer a Figuereido... Al margen del programa, que reproduzco abajo, se ofrecieron tres vises: Les filles de Cadix (desde que vi esta maravillosa mamarrachada de mi admirada Petibon siempre me acuerdo de la araña), el Ave Maria de Schubert y una canción, hermosamente cantada, titulada algo así como It is that?
El público respondió a la llamada notablemente mejor que en el recital de Hampson de hace unos días, que paradójicamente fue, en mi opinión, de mayor calidad. Pero lamentablemente no fue un público educado. Antes del comienzo se anunció por megafonía que los artistas insistían en que no se aplaudiese entre pieza y pieza. A algún imbécil se le ocurrió la brillante idea de aplaudirle al mensaje de megafonía que pedía precisamente lo contrario, lo que provocó unas lógicas y justificadas risotadas. Pero de poco sirvió el anuncio. El público estuvo tan cariñoso con Hendricks que quiso aplaudirla de algún modo “alternativo”, de modo que la soprano recibió varias y prolongadas ovaciones de toses, acompañadas de murmullos de reprobación que no hacen sino acrecentar el ruido. Servidor, que arrastra una molesta tos desde hace tiempo como consecuencia de un resfriado, se contuvo en todo momento, y debí ser de los pocos en el teatro que no tosieron. Además, el sector que antes hemos calificado de “imbécil” siguió aplaudiendo de todas formas, y también aparecieron todas las subespecies de reventadores expertos: el del caramelo, el del teléfono, el que tira algo al suelo... La perla que hizo que me pusiera de mal humor fue un comentario que le escuché a un señor sentado delante mía mientras Hendricks cantaba Barber: “¡Qué música tan espantosa!” Yo me pregunto: si el programa se conoce desde hace meses, ¿para qué pagan una entrada estos sujetos?; ¿Sólo para hacer ruido y molestar?
Yo propongo una nueva estrategia a los reventadores: cagarse en el teatro y que huela.
Franz Schubert (1797-1828) // Johann W. von Goethe (1749-1832)
Suleika I Op. 14
Lied der Mignon Op. 62.4
Der Musensohn Op. 92,1
Wanderers Nachtlied Op. 96.3
Suleika II Op. 31
Gabriel Fauré (1845-1924) // Paul Verlaine (1844-1896)
En Sourdine
Clair de lune
C’est L’extase
Spleen
Green
Mandoline
Gustav Mahler (1860-1911) // Friedrich Rückert (1788-1866)
Ich atmet' einen linden Duft
Liebst du um Schönheit
Blicke mir nicht in die Lieder
Ich bin der Welt abhanden gekommen
Um Mitternacht
Samuel Barber (1910-1981)
Hermit Songs Opus 29 (Textos anónimos Irlandeses) (Siglos VIII-XIII)
At Saint Patrick’s Purgatory
Church Bell at Night
St Ita’s Vision
The Heavenly Banquet
The Crucifiction
Sea Snatch
Promiscuity
The Monk and His Cat
The Praises of God
The Desire for Hermitage
Manuel De Falla (1876-1946)
Siete canciones populares españolas
El Paño Moruno
Seguidilla Murciana
Asturiana
Jota
Nana
Canción
Polo
3 comentarios:
Uf, Hendricks, que tenía un timbre precioso, debe estar ya muy cascada.
Lo de los reventadores no sé si será universal, nacional al menos lo es, el otro día en La vida breve tuve que levantarme del asiento a llamar la atención a una chicas que no sé qué hacían con un papelito de caramelo, les había dado tiempo a abrir, sacar el caramelo, volver a meterlo, volver a sacarlo, volver a colocarlo y volverlo a abrir, había poco público por mi zona y me pude permitir el lujo, la señora que estaba a mi lado, cuando regresé me soltó muy bajito un "muy bien hecho" que me dejó absolutamente descolocado, lo correcto hubiera sido que se hubiera callado; otras veces, cuando llega el fragmento archiconocido y todos sueltan el "ohhhhh" de sorpresa o el "ahhhh" de reconocimiento, eso pasó en la pasada Norma de Biondi cuando el "Casta Diva", en fin, hay para contar y no acabar.
No sé si conoces este youtube: http://www.youtube.com/watch?v=MSUr0tHTwfw
Me acabas de alegrar la tarde con el vídeo. No lo conocía y es absolutamente sensacional. No sé si tú conocerás este, pero también es divertido: http://www.youtube.com/watch?v=GfyyXeKnFyg
No, no lo conocía, es genial, gracias.
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