Claudio Abbado (dir.); Hermann Prey (Figaro); Teresa Berganza (Rosina); Luigi Alva (Il Conta d’Almaviva); Enzo Dara (Bartolo); Paolo Montarsolo (Basilio); Stefania Malagú (Berta); Renato Cesari (Fiorello), Luigi Roni (Ufficiale). The Ambrosian Opera Chorus. London Symphony Orchestra. DEUTSCHE GRAMMOPHON 2 CD.
Hace ya mucho tiempo que comenté por el blog la célebre película del Barbiere Abbado-Ponnelle. Ayer, después de mucho sin oírla, volví a escuchar la no menos famosa grabación de estudio de Deutsche Grammophon con el mismo elenco, y tras releer mis impresiones a propósito del DVD resulta que sigo pensando más o menos lo mismo.
La grabación cuenta con dos puntos de extraordinario interés. Uno es la presencia de Claudio Abbado en una de sus lecturas más celebradas. Utilizó material original del propio Rossini y “limpió”, por decirlo de algún modo, al Barbiere de algunas alteraciones que la tradición había impuesto. En esta ocasión la orquesta es la Sinfónica de Londres (en la película es la de la Scala) y su dirección mantiene idéntico buen nivel: transparencia de sonido sin caer en el amaneramiento ni la superficialidad, brío a raudales y mucho, y bien medido, sentido del humor. El propio Abbado no consiguió, desde luego, superarse a sí mismo en su desafortunada segunda grabación de estudio de esta ópera con Domingo. La segunda cosa espléndida de este registro es la presencia una extraordinaria Teresa Berganza como Rosina. Al margen de la obvia e incuestionable belleza vocal tenemos aquí una perfecta muestra de adecuación estilística, una manifestación clara de que Berganza nació para este repertorio, con el que consigue una identificación a la que pocas, creo, han llegado. Y además, al margen incluso de los aspectos canoros, resulta que también es simpática y pícara sin caer en lo almibarado. Extraordinaria.
El resto del reparto se sitúa para mí un escalón por debajo. Del Figaro de Hermann Prey se ha criticado más de una vez su falta de “italianidad”. Yo creo que la italianidad es un concepto algo ambiguo sobre el que se podría discutir durante largas horas sin llegar a un resultado concluyente. Cierto es que a nivel puramente personal y subjetivo le veo algo más forzado que sus compañeros, con una comicidad más estudiada y de menor espontaneidad. Sé que la apreciación está cargada de subjetividad, pero personalmente le veo también excesivamente dulzón, como alguien que a fuerza de esforzarse en caer bien y ser gracioso acaba resultando un poco cargante.
En cuanto a Luigi Alva (Almaviva), durante muchos años se le consideró como el mejor ejemplo de tenor rossiniano para estos papeles, y hoy, afortunadamente, ha quedado claramente superado. Y digo bien: afortunadamente superado. La voz, cierto es, no estaba en absoluto exenta de belleza, y desde luego contaba con una nada desdeñable agilidad vocal. El problema, al menos para mí, se materializaba en que precisamente en los pasajes de agilidad y coloratura la voz perdía color y terminaba por parecerse a un maullido ridículo y desagradable.
Sí que me gusta mucho el Bartolo de Enzo Dara. Sin duda, muchos preferirán otros bajos bufos, pero a mí me divierte, y particularmente en el vídeo es descacharrante. Con Paolo Montarsolo (Basilio) pasa un poco lo mismo: tosco, árido y burdo, si se quiere, pero es un intérprete por el que siento cariño y que conseguía hacer cosas entrañables con estos papeles aun con sus limitaciones. Curiosa la presencia, por último, de Luigi Roni como oficial, y no puedo cerrar la entrada sin citar a dos buenos artistas que aparecen aquí en papeles menores: Renato Cesari (Fiorello) y Stefania Malagú (Berta).
No es una grabación completamente redonda, en mi opinión, pero hay que tenerla.
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