Que Pierre Hantaï y Skip Sempé son dos de los más consagrados clavecinistas de la actualidad es un hecho que admite poca discusión. Recientemente se han unido para la realización de un disco dedicado a Jean-Philippe Rameau titulado Symphonies à deux clavecins que ha editado el sello Mirare. Pues bien, la trigésima edición del Festival de Música Antigua de Sevilla nos ha brindado a los sevillanos la posibilidad de disfrutar en vivo, en el espacio Santa Clara, de buena parte del contenido del disco, que resulta francamente recomendable.
La idea de base es la de reunir fragmentos de las óperas de Rameau, muchos de ellos bien conocidos, e interpretarlos a dos claves. El resultado no sólo es óptimo en la sala de grabaciones, sino que también se demostró ayer que funciona a la perfección en concierto, pues ambos intérpretes se manejan como pez en el agua en un repertorio en el que muestran perfecta sincronía. De hecho, no es ningún misterio que Skip Sempé es, junto por ejemplo Christophe Rousset, uno de los más consagrados especialistas en la música para clave del Barroco francés. Hantaï, por su parte, no ha focalizado nunca su carrera según una orientación tan determinada, sino que ha ido tocando varios “palos” y se ha erigido en un intérprete bachiano de referencia desde su primer registro de las Goldberg, allá por los noventa.
Al margen de algún nimio y comprensible desajuste, ambos intérpretes dieron ayer el que, en mi opinión, ha sido por el momento uno de los grandes conciertos de esta lograda edición del FeMÀS. Y es que al margen del virtuosismo, los dos supieron expresar algo que es consustancial a Rameau y que resulta francamente difícil de expresar: es elegancia, una galantería que bien entendida no está reñida con la emoción ni el patetismo. En una palabra, es “gracia”.
En el sur de España utilizamos palabras como “arte”, “embrujo” o “pellizco” para referirnos a la captación del encanto de un determinado género musical (flamenco, en el caso expuesto). Pues con Rameau hace falta una indiscutible dosis de “gracia”. Es posible que a algunos esta música les resulte “frívola”, poco profunda y algo dada a la coquetería, como puede suceder con todo el movimiento Rococó. Pero a los que lo amamos nos parece música para ser más feliz. Rameau ha sido un leal compañero para mi durante los últimos diez años de mi vida.
Ayer, además de perfección técnica, hubo mucho “encanto” en Santa Clara. Bastaba escuchar cómo sonaba la magnífica obertura de Castor et Pollux en manos de ambos artistas, con sus dos secciones tan espléndidamente diferenciadas. La primera mitad, adecuadamente solemne y de cierta “pomposidad” si se quiere. La segunda, un vehículo idóneo para demostrar el virtuosismo de los intérpretes. A destacar, por arrebatadoramente encantadoras, L’indiscrete y La Marais, de las Pièces de clavecin en concerts. El público aplaudió insistentemente al término del programa y obtuvo en recompensa la chacona de Dardanus como bis.
Rameau: La Marais (Pièces de clavecin en concerts) / Pierre Hantaï & Skip Sempé
Jean-Philippe Rameau (1683-1764)
Ouverture – Musette en rondeau – Marche – Menuets – Tambourins –
Air pour les polonais – Air pour les Esclaves Africains (Les Indes Galantes)
Musette (Platée)
Chaconne (Dardanus)
Air pour les Incas du Pérou (Les Indes Galantes)
Air pour les Démons (Castor et Pollux)
Sarabande (Pièces de clavecin, 1724)
Air pour les Bostangis – Gavotte (Les Indes Galantes)
La Marais (Pièces de clavecin en concerts, 1741)
Air tendre en duo (Dardanus)
Ouverture (Pigmalion)
Menuet (Hippolyte et Aricie)
L’Agaçante (Pièces de clavecin en concerts)
Prélude (Dardanus)
Tambourins en rondeau (Les Fêtes d’Hébé)
La Timide (Pièces de clavecin en concerts)
Air Gai (Les Paladins)
Menuet dans le goût de la vièle (Platée)
La Pantomime – L’Indiscrète (Pièces de clavecin en concerts)
Prélude (Dardanus)
Chaconne (Les Indes Galantes)
Tambourins (Dardanus)
5 comentarios:
Concierto maravilloso. Y muy bien traído el término "gracia", Pablo, en su sentido más amplio, como la sonrisa que se instaló en mi cara, y que se vuelve a dibujar al escucharlos ahora en mi casa.
Todo melómano verdadero, ante una experiencia músical como la de anoche, caería enamorado, si no lo estaba ya, de Rameau y del clave, instrumento con una complejidad de matices que en disco resulta muy difícil de reproducir,
He llegado a elpatiodebutacas buscando una reseña al concierto. No conocía tu blog. Me voy a poner cómodo...
Gracias. Y hasta pronto...
Yo sucumbí totalmente y me hice con el cedé a la salida. Fue un concierto estupendo. Gracias por tus palabras.
Gracias por el descubrimiento.
Que envidia de concierto.Aunque a Bach esta teoría de Rameau no le convencía(la veía muy moderna)el que se percibieran mas notas de lo que se estaba tocando en realidad . A veces puede parecer que suena mal, pero no,es como una especie de tensión y disonancia...no sé bien.
Al fin y al cabo él era un inconformista que no pertenecía a su época.
Un saludo y gracias.
Y ya que estamos con Rameau, permitidme que hable aquí de su última ópera "Les Boréades".A mí me parece una auténtica pena, que esta ópera, como tantas otras, estén en el olvido, sobretodo en España????????.
Me lo expliquen...
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