Gabriele Santini (dir.); Flaviano Labò (Don Carlo); Antonietta Stella (Elisabetta di Valois); Boris Christoff (Filippo II); Ettore Bastianini (Rodrigo); Fiorenza Cosotto (Principessa Eboli); Ivo Vinco (Il Grande Inquisitore); Aurora Cattelani (Tebaldo). Coro e Ochestra del Teatro alla Scala. DEUTSCHE GRAMMOPHON 3 CD.
Resulta curioso que este notable Don Carlo de Gabriele Santini no haya tenido hasta la fecha una distribución discográfica acorde a su nivel de calidad. Sus ediciones en cedé pueden contarse con los dedos de una mano, y la última reedición que conozco no era adquirible por separado, sino como parte integrante de un estuche titulado “Verdi: Great Operas from la Scala”. Tratándose de una grabación de estudio con una estupenda calidad de sonido y un reparto de interés, es de desear que el sello amarillo sepa enmendar en el futuro este vacío y darle salida en el mercado como merece.
Santini opta en esta grabación por la versión italiana de la ópera en cinco actos, y cuenta para ella con un protagonista que sin ser hoy todo lo recordado que debería, arrasaría sin duda en los escenarios contemporáneos como indiscutible estrella. Me refiero a Flaviano Labò, señor de una bellísima voz de centro sedoso que recuerda en no poco a Domingo. O mejor deberíamos decir aquí que Domingo recuerda a veces a Labò, dada la fecha de la grabación. El suyo es un Don Carlo sensible y atormentado cuando hace falta y con una voz idónea que se complementa bien con la de Antonietta Stella, nuestra Elisabetta, que precisamente es de esas otras “grandes” que por alguna razón permanecen en la sombra, como en un lugar marginal respecto de otras figuras de la ópera con las que tuvieron que competir en un mismo marco temporal. Stella ha sido una gran verdiana y una soprano de enorme elegancia y estilo. La única pega, por poner alguna, sería quizá una cierta falta de implicación, un toque de “frialdad” que, en realidad, si soy plenamente sincero, no es más que una apreciación subjetiva de quien escribe.
Boris Christoff es un cantante considerado como emblemático en el papel de Filippo. Ha habido voces de bajo más bellas abordando el papel (para mi, Ghiaurov) y también puede resultar algo nasal por momentos e incluso no del todo matizado –claramente puede ahondarse más en materia de claroscuros–, pero poca duda cabe de que el suyo es un Filippo imponente, de fuerte personalidad. Ettore Bastianini defiende muy en su línea el papel de Rodrigo: la voz es atractiva y canta francamente bien, aunque resulta algo monocorde. No lo definiría como tosquedad, sino nuevamente como falta de medias voces, algo que limita obviamente las capacidades expresivas del intérprete. Esto es recurrente en Bastianini y no estamos aquí ante una excepción, aunque repito que el balance general me parece positivo.
Por último, Fiorenza Cosotto dibuja a una Eboli de nivel astronómico. Claramente está entre lo mejor de la discografía en el papel y su sola presencia sería ya motivo suficiente para interesarse por esta versión. Su marido Ivo Vinco es un rotundo inquisidor. Siempre he pensado que fue un estupendo bajo algo minusvalorado, y su escena con Filippo, verdadera prueba de fuego para los dos bajos y punto sin duda de interés de toda grabación, es quizá de lo mejor de este registro.
Merece la pena acordarse de este Don Carlo.
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