Ayer, apenas repuesto de la muy favorable impresión causada por Las bodas de Fígaro del Maestranza, tuve la oportunidad de cumplir uno de esos sueños que cada vez se antojan más irrealizables para los melómanos jóvenes: asistir a un recital de una leyenda en vida de la ópera como lo es la gran Montserrat Caballé. Naturalmente, uno sabe a lo que va y no puede pretender que la soprano catalana esté como para cantar Toscas. Se trataba, al menos para mí, ni más ni menos que de ver y oír al mito en directo, de poder decir “yo la escuché cantando a apenas unos metros delante mía”. La actuación fue una gala lírica solidaria en beneficio de la asociación Nuevo Futuro, presidida por la Duquesa de Alba. Allí estaba esta última, sentada en el centro del teatro junto con el que el miércoles será su nuevo esposo y el alcalde de la ciudad. Su presencia arrastró al Maestranza un número considerable de personajes más o menos famosos a los que uno jamás ve en ningún espectáculo musical de la ciudad, y mira que yo voy a muchos. Pero había cámaras y fotógrafos, claro, y eso da glamour. De hecho, nunca he visto tanta prensa en el Maestranza. Los fotógrafos se situaron inicialmente frente al escenario, delante de los asientos centrales del patio de butacas, hasta que el personal del teatro les indicó que se dispusieran a derecha e izquierda del patio. Ya comenzado el recital, el ruido de las cámaras fue tan molesto que alguien se quejó y la prensa desapareció después de que un miembro del personal del teatro conversara sospechosamente con ellos. Lo mismo sucedió en el otro extremo del patio: una amiga sentada allí me comentó que también hubo queja, conversación y desaparición. Comprendo que la prensa hace su trabajo, pero también puede hacerse en armonía con el trabajo de los artistas que están sobre el escenario y con el respeto a un público que ha pagado para escuchar música en vez del ruido de las cámaras fotográficas. Su presencia no me hubiera incomodado de haber hecho fotos durante los aplausos, que fueron muchos.
En cuanto a la gala en sí misma, ya fue un privilegio estar tan cerca de Caballé en el patio de butacas y oírla cantar. No voy a entrar en nada más porque a una diosa no se le puede aplicar la misma vara de medir que a las demás. Eso es de bárbaros, y ella ya no tiene nada que demostrar. Salió a escena apoyándose en una muleta después de una reciente caída. Su hija, Montserrat Martí, que acaba de ser mamá, me sorprendió muy gratamente, con una hermosa voz de lírica pura y con squillo en el agudo. Mucho menos me convenció el tenor Sergi Giménez, dueño de una voz de tenor lírico de débil proyección y que se entubaba en el descenso durante la primera parte. Abordó el Pourquoi me réveiller sin saber transmitir el patetismo enfermizo de Werther, pero mejoró en la segunda parte, dedicada a la zarzuela, en el No puede ser. Muy bien el acompañamiento al piano de Manuel Burgueras.
Las propinas, presentadas por la propia Caballé, comenzaron con el Tonight de West Side Story a cargo de Giménez y Martí. Luego siguió el Lippen schweigen de La viuda alegre convertido en trío, y por último... redoble de tambor: ¡el dúo de los gatos de Rossini! Ya me puedo morir tranquilo. Lo he escuchado en vivo. Ya iba emocionado por oírla cantar La tárantula y voy y me encuentro con los gatos. Además, para superarlo, después subieron Los del Río con una guitarrita (sí, sí, como suena) y cantaron una canción rociera (Gloria a la Blanca Paloma), con lo que la Caballé, pese a su muleta, se puso a bailar. Qué grande es.
Programa
I
Vincenzo Bellini (1801-1835)
Angiol di Pace (Montserrat Caballé - Montserrat Martí)
Vaga luna (Sergi Giménez)
Gaetano Donizetti (1802-1861)
In questo semplice de Betly (Montserrat Martí)
L’amante spagnuolo (Montserrat Caballé)
Gioachino Rossini (1801-1835)
Bolero (Monserrat Caballé - Montserrat Martí)
Jules Massenet (1842-1912)
Pourquoi me réveiller? de Werther (Sergi Giménez)
Léo Delibes (1847-1948)
Viens Malika de Lakmé (Montserrat Caballé - Montserrat Martí)
II
Manuel Penella (1880-1939)
Habanera de Don Gil de Alcalá (Montserrat Caballé - Montserrat Martí)
Jerónimo Giménez (1854-1923)
Ay, Malaya de La boda de Luis Alonso (Montserrat Caballé)
Pablo Sorozábal (1897-1988)
No puede ser de La tabernera del puerto (Sergi Giménez)
Manuel Fernández Caballero (1835-1906)
Yo quiero a un hombre de El cabo primero (Montserrat Martí)
Federico Moreno Torroba (1891-1982)
Subir, subir de Luisa Fernanda (Montserrat Caballé – Sergi Giménez)
Gerónimo Giménez (1854-1923)
La tarántula de La tempranica (Montserrat Caballé - Montserrat Martí)
Manuel Penella (1880-1939)
Torero quiero ser de El gato montés (Montserrat Martí – Sergi Giménez)
0 comentarios:
Publicar un comentario