La religión juega un papel importante en la historia de Cio-Cio-San. El comienzo de los problemas de la joven geisha tiene lugar tras la celebración de su boda, cuando sus familiares descubren con indignación que la novia ha abandonado su antigua religión para bautizarse al cristianismo. En esta entrada exploraremos las tres religiones que aparecen en el libreto.
Cabe preguntarse, en primer lugar, cuál es esa antigua religión familiar de Butterfly, a la que ella renuncia. Podría tratarse del sintoísmo o del budismo, pero una lectura mínimamente informada del libreto nos decanta por la segunda opción. Veamos por qué:
- Los ottoké: Es una obvia referencia budista. En el primer acto, Butterfly muestra a Pinkerton estos “muñecos” que, según dice, representan a las almas de sus antepasados. En realidad, los ottoké no tienen forma de muñeco (“pupazzi”, según el erróneo libreto), sino que se trata más bien de unas tablillas con los nombres de los familiares difuntos a las que se les reza y se hacen ofrendas en casa. Se conservan en el hotokesana. En cierto sentido, a los occidentales podría recordarnos a las imagines maiorum conservadas en el atrio de las antiguas casas romanas.
Imagen de un “hotokesana”
- El tío bonzo: Es la pista más evidente de que la familia de Cio-Cio-San practica el budismo. Un bonzo (bonsan) es un monje budista, no sintoísta. En Occidente, y supongo que quizás también en Japón, es famosa la expresión “quemarse a lo bonzo” desde el suicidio de Thich Quang Duc en 1963.
La que sí practica el sintoísmo es Suzuki, la criada de Butterfly, que reza a las siguientes divinidades:
- Kami: Es una palabra japonesa de amplio significado que se refiere a los dioses y espíritus de la religión Shinto. Suzuki los nombra en su plegaria del comienzo del segundo acto. Sin embargo, es un gravísimo error del libreto que los familiares de Butterfly y hasta el mismo bonzo, inequívocamente budistas, los invoquen.
- Izagi e Izanami: En esta ocasión, el libreto contiene un error de escritura. Se trata, en realidad, de los dioses Izanagi e Izanami, encargados por los otros dioses primigenios de traer el orden a la Tierra al principio de los tiempos. No me resisto a contar sucintamente la historia de estas divinidades, que presenta un asombroso parecido con algunas figuras de la mitología grecorromana.

- Ten-Sjoo-Daj: Es Tensho Daijin. Se trata precisamente de Amaterasu, quien también protege a la familia imperial.
- Sarundasico: Otra divinidad shinto cuyo nombre aparece de forma incorrecta en el libreto. Se trata de otro dios solar llamado Sarutahiko (príncipe mono).
La tercera religión que aparece en la ópera es, obviamente, el cristianismo, que ha tenido una larga historia de prohibiciones y permisiones en el país nipón hasta el día de hoy, en el que es un culto minoritario. Ignoramos exactamente a qué rama del cristianismo se adhiere Butterfly, que se burla de los dioses sintoístas a los que invoca Suzuki calificándolos de perezosos y obesos (“pigri ed obesi”) en comparación con el Dios cristiano, en lo que parece ser una referencia a Jesús, representado siempre como un hombre joven y en buena forma física. Debido a las misiones de San Francisco Javier en el siglo XVI, el catolicismo tiene en Japón una raigambre histórica más profunda que el protestantismo, aunque siendo Pinkerton estadounidense, lo más lógico es que Butterfly fuese protestante, religión que, además, supera en número de practicantes a la católica en Japón.
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