Desde hace algunos años, el nombre de Thomas Hampson parece causar cierta sensación de rechazo y estupor en un determinado círculo de aficionados a la ópera, y más concretamente entre los aficionados verdianos y puccinianos. No les falta razón. La clara voz de Hampson no encaja en lo que podríamos considerar el canon tradicional del barítono verdiano. En Puccini, su Scarpia me parece simplemente un error. La cuestión es que, afortunadamente, Hampson es mucho más que eso. Es, por ejemplo, uno de los más dignos barítonos mozartianos de las últimas décadas, además de un gran intérprete de lied, como demostró anoche en Sevilla. Sólo un aficionado realmente corto de miras –de esos para los que todo se reduce al siglo XIX y a las primeras dos décadas del XX– puede rechazar enteramente a Hampson.
Que los recitales de lied no causan furor en Sevilla no es ningún misterio, pero soy incapaz de reprimir la sensación de tristeza y asombro ante un Teatro de la Maestranza que anoche probablemente no estaba lleno ni tan siquiera a la mitad. Y valió la pena la asistencia, al margen de un molesto problema con la lámpara (parpadeaba) que incordió un poco durante los primeros minutos de la primera parte. Hampson ofreció un impecable recital de lieder mahlerianos con el brillantísimo acompañamiento pianístico de Wolfram Rieger. Este último se mostró atento al cantante en todo momento y tuvo momentos de enorme sutileza e inspiración. Y el barítono estuvo a la altura de su extraordinario acompañante. A la belleza de la voz hay que sumar una emisión impecablemente limpia, muy trabajada y valiente, así como una elevada dosis de lo que simplemente podríamos llamar buen gusto. Supo alternar momentos de gran tensión y fuerza con delicadísimos pianissimi. Precisamente al cantar en piano la voz pierde brillo al subir por el pasaje, lo que se traduce en una emisión algo pálida y más bien poco masculina. El problema no apareció, sin embargo, en los ascensos en forte, en los que la voz sube segura y mantiene su color y su brillo natural, por lo que más que a una técnica defectuosa debe obedecer quizás a un cierto –aunque poco importante– desgaste.
La escasa concurrencia vitoreó largamente a ambos artistas por el gran trabajo, y Hampson tomó la palabra para decir que la de anoche había sido su primera visita a Sevilla y para mostrar también su buen humor. Cuando el público pidió un segundo bis, él avisó: “Be careful. Mahler wrote fifty songs”.
Lieder de Gustav Mahler (1860-1911)
I
Lieder und Gesänge aus der Jugenzeit (Lieder y Canciones de Juventud)
Frühlingsmorgen (Mañana de primavera) (Texto de R. Leander, 1830-1889)
Ablösung im Sommer (Relevo en verano) (Texto: tradición popular)
Rheinlegendchen (Pequeña leyenda del Rin) (Texto: tradición popular)
Ich ging mit Lust durch einen grünen Wald (Paseaba con placer) (Texto: tradición popular)
Erinnerung (Recuerdo) (Texto de R. Leander, pseudónimo de Richard Volkmann)
Kindertotenlieder (Canciones a los niños muertos) (Textos: F. Rückert, 1788-1866)
Nun will die Sonn' so hell aufgehn (Ahora quiere el sol salir tan claro)
Nun seh' ich wohl, warum so dunkle Flammen (Ahora veo bien por qué tan oscuras llamas)
Wenn dein Mütterlein tritt zur Tür herein (Cuando tu madrecita, entra por la puerta)
Oft denk' ich, sie sind nur ausgegangen (Muchas veces pienso que sólo han salido)
In diesem Wetter, in diesem Braus (Con este tiempo, con este vendaval)
II
Lieder eines fahrenden Gesellen (Canciones de un compañero errante) (Textos: G. Mahler)
Wenn mein Schatz Hochzeit macht (Cuando mi amor celebra su boda)
Ging heut’ morgen übers Feld (Caminé esta mañana por el campo)
Ich hab' ein glühend Messer (Tengo un ardiente cuchillo)
Die zwei blauen Augen (Los dos ojos azules)
Vier Rückert-Lieder (Cuatro Lieder sobre poemas de F. Rückert)
Blicke mir nicht in die Lieder! (¡No mires mis canciones!)
Ich atmet' einen linden Duft! (¡Yo aspiraba un dulce aroma!)
Um Mitternacht (A medianoche)
Ich bin der Welt abhanden gekommen (He abandonado el mundo)
Que los recitales de lied no causan furor en Sevilla no es ningún misterio, pero soy incapaz de reprimir la sensación de tristeza y asombro ante un Teatro de la Maestranza que anoche probablemente no estaba lleno ni tan siquiera a la mitad. Y valió la pena la asistencia, al margen de un molesto problema con la lámpara (parpadeaba) que incordió un poco durante los primeros minutos de la primera parte. Hampson ofreció un impecable recital de lieder mahlerianos con el brillantísimo acompañamiento pianístico de Wolfram Rieger. Este último se mostró atento al cantante en todo momento y tuvo momentos de enorme sutileza e inspiración. Y el barítono estuvo a la altura de su extraordinario acompañante. A la belleza de la voz hay que sumar una emisión impecablemente limpia, muy trabajada y valiente, así como una elevada dosis de lo que simplemente podríamos llamar buen gusto. Supo alternar momentos de gran tensión y fuerza con delicadísimos pianissimi. Precisamente al cantar en piano la voz pierde brillo al subir por el pasaje, lo que se traduce en una emisión algo pálida y más bien poco masculina. El problema no apareció, sin embargo, en los ascensos en forte, en los que la voz sube segura y mantiene su color y su brillo natural, por lo que más que a una técnica defectuosa debe obedecer quizás a un cierto –aunque poco importante– desgaste.
La escasa concurrencia vitoreó largamente a ambos artistas por el gran trabajo, y Hampson tomó la palabra para decir que la de anoche había sido su primera visita a Sevilla y para mostrar también su buen humor. Cuando el público pidió un segundo bis, él avisó: “Be careful. Mahler wrote fifty songs”.
Lieder de Gustav Mahler (1860-1911)
I
Lieder und Gesänge aus der Jugenzeit (Lieder y Canciones de Juventud)
Frühlingsmorgen (Mañana de primavera) (Texto de R. Leander, 1830-1889)
Ablösung im Sommer (Relevo en verano) (Texto: tradición popular)
Rheinlegendchen (Pequeña leyenda del Rin) (Texto: tradición popular)
Ich ging mit Lust durch einen grünen Wald (Paseaba con placer) (Texto: tradición popular)
Erinnerung (Recuerdo) (Texto de R. Leander, pseudónimo de Richard Volkmann)
Kindertotenlieder (Canciones a los niños muertos) (Textos: F. Rückert, 1788-1866)
Nun will die Sonn' so hell aufgehn (Ahora quiere el sol salir tan claro)
Nun seh' ich wohl, warum so dunkle Flammen (Ahora veo bien por qué tan oscuras llamas)
Wenn dein Mütterlein tritt zur Tür herein (Cuando tu madrecita, entra por la puerta)
Oft denk' ich, sie sind nur ausgegangen (Muchas veces pienso que sólo han salido)
In diesem Wetter, in diesem Braus (Con este tiempo, con este vendaval)
II
Lieder eines fahrenden Gesellen (Canciones de un compañero errante) (Textos: G. Mahler)
Wenn mein Schatz Hochzeit macht (Cuando mi amor celebra su boda)
Ging heut’ morgen übers Feld (Caminé esta mañana por el campo)
Ich hab' ein glühend Messer (Tengo un ardiente cuchillo)
Die zwei blauen Augen (Los dos ojos azules)
Vier Rückert-Lieder (Cuatro Lieder sobre poemas de F. Rückert)
Blicke mir nicht in die Lieder! (¡No mires mis canciones!)
Ich atmet' einen linden Duft! (¡Yo aspiraba un dulce aroma!)
Um Mitternacht (A medianoche)
Ich bin der Welt abhanden gekommen (He abandonado el mundo)
2 comentarios:
La semana pasada en un concierto en el auditorio con la JORCAM y Víctor Pablo Pérez, asistí a un precioso concierto de mi adorado Mahler y Leonardo Balada, compositor que no conocía, del que se tocó la sinfonía nº 6 "De las Penas"(música contemporánea, que estuvo bien, aunque no es mi favorita).Pero quiero volver a Mahler porque aparte de la preciosa composición Totenfeier, se tocó una pieza, que me sorprendió mucho que fuera un estreno en España, se llama: "Nicht zu schnell".Yo la había oído en una grabación tocada por un cuarteto.En esta ocasión se tocó orquestada por C. Matthews. A mí me gustó muchísimo y es por lo que me atrevo a recomendar su escucha..
Un saludo.
Pues la buscaré, Gucki. Ni lo dudes. ¡Gracias por la recomendación!
Publicar un comentario