El pasado sábado pude asistir en la Iglesia de los Terceros al tercer concierto del Ciclo de Cámara de la Orquesta Barroca de Sevilla, con un programa integrado por la Sonata para violín nº 2, BWV 1003 y la Partita nº 2, BWV 1004 de Johann Sebastian Bach, así como por la Fantasía para violín nº 12 de Georg Philipp Telemann, todo ello a cargo del violinista Andoni Mercero.
Como viene siendo habitual, el concierto se vio precedido de una conferencia introductoria a cargo de Pablo J. Vayón, crítico musical de Diario de Sevilla, quien según oí comentar informó erróneamente en dicha publicación sobre la hora del concierto, que tuvo que retrasarse una media hora. Confieso que mis altas expectativas en la conferencia estuvieron a punto de venirse abajo al comienzo de la misma, cuando en el interior del templo Vayón se dirigió al público (en buena medida de cierta edad) con una camisa arrugada y por fuera del pantalón y lo que más me chocó: escondiendo una de sus manos en el bolsillo. Al final el fondo venció a la forma y nos ofreció una conferencia excelente, no exenta de buenos toques de humor agradecidos por el público y en la que se introdujo el programa del concierto de forma erudita pero comprensible para el lego en la materia. Tenemos suerte los sevillanos de contar entre nosotros a quien sin duda es uno de los mejores críticos del país, al menos en materia de música antigua y barroca.
En cuanto a Andoni Mercero, puedo resumirlo todo en que me convenció. Su violín es elegante, nunca cursi ni empalagoso, y exhibe un buen lucimiento técnico sin caer en la artificialidad interpretativa. Es un viejo conocido de nuestra Orquesta Barroca de Sevilla, y aún recuerdo con cariño un concierto suyo de hará no menos de tres o cuatro años en el que, con el acompaño al fortepiano de Sara Erro, me descubrió esa pequeña gran joya que es la Sonata, K.379 de Mozart.
P.S.: Al volver a casa, momento de bajón al enterarme de que también se nos ha ido Shirley Verrett. Vaya añito.
J. S. Bach: Sonata para violín nº 2, BWV 1003: Fuga – Viktoria Mullova
Como viene siendo habitual, el concierto se vio precedido de una conferencia introductoria a cargo de Pablo J. Vayón, crítico musical de Diario de Sevilla, quien según oí comentar informó erróneamente en dicha publicación sobre la hora del concierto, que tuvo que retrasarse una media hora. Confieso que mis altas expectativas en la conferencia estuvieron a punto de venirse abajo al comienzo de la misma, cuando en el interior del templo Vayón se dirigió al público (en buena medida de cierta edad) con una camisa arrugada y por fuera del pantalón y lo que más me chocó: escondiendo una de sus manos en el bolsillo. Al final el fondo venció a la forma y nos ofreció una conferencia excelente, no exenta de buenos toques de humor agradecidos por el público y en la que se introdujo el programa del concierto de forma erudita pero comprensible para el lego en la materia. Tenemos suerte los sevillanos de contar entre nosotros a quien sin duda es uno de los mejores críticos del país, al menos en materia de música antigua y barroca.
En cuanto a Andoni Mercero, puedo resumirlo todo en que me convenció. Su violín es elegante, nunca cursi ni empalagoso, y exhibe un buen lucimiento técnico sin caer en la artificialidad interpretativa. Es un viejo conocido de nuestra Orquesta Barroca de Sevilla, y aún recuerdo con cariño un concierto suyo de hará no menos de tres o cuatro años en el que, con el acompaño al fortepiano de Sara Erro, me descubrió esa pequeña gran joya que es la Sonata, K.379 de Mozart.
P.S.: Al volver a casa, momento de bajón al enterarme de que también se nos ha ido Shirley Verrett. Vaya añito.
J. S. Bach: Sonata para violín nº 2, BWV 1003: Fuga – Viktoria Mullova
2 comentarios:
Decir que el recital de Andoni Mercero "me convenció" es, cuando menos, insuficiente. Estuve en el concierto y no salí convencida, sino impresionada ante tal personalidad musical y artística. Fue un precioso regalo de algo más de una hora el que Andoni Mercero nos ofreció, con un Telemann y un Bach colmados de retórica; vibrante y sublime. Una interpretación realmente emocionante e inspirada. Entre los espectadores se podían escuchar comentarios en los que aparecía la palabra "magia" y en mi caso, la Sarabanda de la II Partita consiguió arrancarme algunas lágrimas, así que, cuando menos, Gracias.
Mi estimada anónima, bajo ningún concepto he sido ni dudo que sea nunca despectivo respecto al violín de Mercero, sino todo lo contrario. Aunque pensaba que lo había expresado con claridad, le ruego que no se engañe si me ha malinterpretado: yo también salí encantado (lo cual va implícto en el término "convencer") y alabé el concierto allí mismo tal y como usted describe.
Y sí, debemos dar GRACIAS una y mil veces: a Mercero y a la OBS. Yo lo hago en este blog cada vez que les escucho. Puede usted comprobarlo si lo desea. Sea bienvenida.
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