El pasado día 13 tuve la oportunidad de asistir por primera vez a un concierto de Ara Malikian. Se trataba de un espectáculo de música y danza , acogido por el teatro de la Maestranza, en el que el violinista libanés compartía protagonismo con bailarín Ángel Corella.
(“A+A”)
Acudió Malikian con su recientemente fundada Orquesta del Tejado, que realmente es un grupo de cámara integrado por seis miembros, incluido él mismo. Bueno, pues si bien es cierto que todo lo concerniente a Corella gustó enormemente al público, lo de este conjunto de cuerdas directamente le fascinó. Para él fueron los aplausos más fuertes en una noche en la que la música pareció resultar vencedora sobre la danza. Lógicamente, la archiconocida puesta
en escena de Malikian es muy efectiva a la hora de meterse al público en el bolsillo. El aspecto del grupo es muy desenfadado, y nuestro violinista es capaz de tocar su instrumento con asombrosa precisión mientras salta como si fuese un artista pop, o clava su rodilla en el suelo agitando al viento su melena de Mufasa. A los más puristas esto les parecerá, quizá, una enorme mamarrachada perpetrada por un virtuoso con aspecto de “perroflauta”, pero lo cierto y verdad es que por debajo de toda esa parafernalia hay un violinista de verdad. Malikian no es solo un virtuoso (eso no me parece discutible) sino un músico sentido y pasional, visceral incluso y con bastante poco interés en detenerse a buscar lo “bonito”. La estética la consigue a base de introspección –sí, he dicho introspección hablando de Malikian, y quien estuviese el otro día al inicio de la segunda parte sabe de lo que hablo– y la ternura, nunca confundidas con lo pedante ni lo cursi. A ello se plegó a las mil maravillas su conjunto de cuerdas adaptándose sin problemas a un programa casi delirante que reunía músicas de Tchaikovsky, Part, Valent, Armas y del propio Malikian.
En lo que concierne a Ángel Corella, parece evidente que hay una cierta sensación de despedida en el modo en el que ha presentado este espectáculo. Ha terminado por abandonar España, como es sabido, al no recibir sus iniciativas apoyos suficientes, y por tanto, la noche fue para el lucimiento de sus bailarines de Centro de Danza Ángel Corella. Era como si dijera: “Mirad lo que os estáis perdiendo”. Siempre digo no saber nada de danza, pero la disfruto enormemente, y en esta ocasión incluso se abrió la velada con una “clase concierto” (con música enlatada) en la que se mostraban desde los pasos de baile más sencillos a los más complejos y virtuosísticos.
He dicho más de una vez en este blog que para acercar la música culta a los jóvenes hay que “desencorsetarla” un poco, y siempre sin adulterarla, como lamentablemente ha hecho gente de éxito como Luis Cobos y compañía. Francamente ignoro si Malikian es seguido por hordas de jóvenes, pero si “cuaja” más entre ellos que un señor de aspecto sobrio y estirado bienvenida sea entonces la moda de salir a escena en zapatillas de deporte.
3 comentarios:
Que pena Corella con el proyecto tan bonito que tenía que hacer una escuela para jóvenes bailarines en La Granja de San Ildefonso y que la crisis se lo llevó, con la ilusión que tenía puesta en este proyecto
Vi este espectáculo en Madrid y me pareció bueno y original, aunque alguna voz oi que comentaba que no habia trasmitido Corella, a mí sí me llegó
Un saludo u
Y feliz y musical 2015
¡Felicidades también a ti!
Corella es un genio no todo lo ponderado q deberiera
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