Hoy se nos ha ido alguien que no sólo ha sido uno de los mayores barítonos de la historia de la ópera, sino también quien es considerado por muchos como el mejor liederista imaginable. Cantante sensible, delicadísimo, sobresalió en todo lo que hizo, y ya su célebre Rigoletto con Kubelik bastaría para situarle en la cúspide de los grandes barítonos verdianos –de esos que, ay, ya casi no quedan-.
A nivel más personal, fue mi primer Papageno –grabación de La flauta mágica de Böhm- y le tengo especial afecto. Menudas óperas que pueden cantarse ahora en el cielo con tan sólo las voces que se nos han ido en los últimos años.
4 comentarios:
Uno de los cantantes más completos que recuerdo, logró ser siempre expresivo sin dejar nunca de cantar.
Pues sí, y a mi me gusta en general su faceta verdiana, que repele a tantos. Es más, teniendo en cuenta que Rigoletto es una ópera referencial de Verdi, eso basta para considerar también referencial a Fischer-Dieskau en ese ámbito. Pero bueno, eso son solo divagaciones mías sin valor.
Estupendo el homenaje que le has dedicado en tu blog, Maac.
Lo siento pero le ha tocado:
http://cantanellas.blogspot.com.es/2012/05/esto-es-y-no-es-konya-premio-liebster.html
¡Nada de sentirlo! Un placer.
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