Antes de irme a la cama la noche el 5 de septiembre de 2007 escuché a Pavarotti cantando el Addio fiorito asil. Lo tengo grabado a fuego en mi mente porque al día siguiente, como a todos los melómanos del mundo, me conmocionó ver la noticia de su muerte en los titulares de los periódicos. Recuerdo bien que tenía que asistir a clases de inglés por la mañana, y que a ellas le siguió inmediatamente la escucha, una vez más, de su insuperada Bohème con Freni y Karajan, así como de otras de sus grabaciones.
Han transcurrido cinco años ya desde aquél día triste, y sin embargo, yo tengo la impresión de que fue ayer. Siempre me ha parecido llamativo pensar que lo último que le escuché cantar mientras vivía fue una escena de despedida.
En el mundo hay personas a las que por alguna razón las rodea la magia.
En el mundo hay personas a las que por alguna razón las rodea la magia.
5 comentarios:
En este caso está mejor el tenor que el aria aunque en realiad este añadido de Puccini no es un aria en sentido estricto, es una cosa muy extraña, participa de las características del arioso pero también podría considerarse un dúo.
Conforme va pasando el tiempo desde su muerte mejor tenor parece, por lo menos a mí, y eso qe ya me gustaba, pero en la última etapa de su carrera su figura se contaminó un poco, con la perspectiva que dan los años todo vuelve a su lugar.
Saludos, Pablo.
Saludos a ti, Miguel Ángel. Lo mismo ocurre con el "Dovunque al mondo". La participación de Sharpless es tan secundaria en ambos casos que cuesta calificar estos números como "dúos", aunque ciertamente tampoco son arias en sentido estrico. Así que llevas razón. Son "raros".
Pavarotti no frecuentó ese papel, y su Pinkerton es algo "rudo" -no sé si esa es la palabra- si lo comparamos, por ejemplo, con un Bergonzi. Pero a mí me gusta y lo he traído a colación por el aniversario.
Y sí, afortunadamente el tiempo deja cada cosa en su lugar.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/06/08/cultura/1275984393.html
a ver q te parece la noticia
Psché. También en el pasado ha habido orquestas mediocres y directores más o menos impersonales (Erede, Rescigno, Gardelli...) que trabajaron con las voces más grandes. Lo que ocurre, probablemente, es que ahora el número de orquestas de calidad es mayor que entonces y eso hace que se difumine el protagonismo de unas pocas.
Además no acaba de convencerme la idea de que el trabajo del director se haya "unificado". Vamos, que en nuestros días no es lo mismo escucharse un Verdi de Muti que uno de Harnoncourt. Pero es que ni de broma.
Estoy de acuerdo contigo, tenía magia o como yo lo llamo carisma.
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